Mujer de carrera: el dulce plan del éxito de María Sharapova
El sabor del éxito es dulce para María Sharapova en más de un sentido.
La estrella del tenis de nacionalidad rusa está enfocada en completar su codiciada carrera de títulos grand slam en el Abierto Francés que inicia la próxima semana, pero ella ya tiene planes para su siguiente proyecto fuera de las canchas.
La atleta de 25 años es la mujer mejor pagada en el mundo deportivo gracias a sus excelentes contratos con patrocinadores; esto de acuerdo con lo publicado por la revista Forbes, además de que cuenta con otro negocio lucrativo en proceso.
Habiendo diseñado ropa para Nike y para la marca de lujo Cole Haan, lo cual es tomado en cuenta entre sus numerosos proyectos, Sharapova planea lanzar una línea de confitería que se llamará “Sugarpova”.
“Yo estoy haciendo todo. La marca y todas las formas para los dulces y los ositos de goma”, dijo a CNN en la cancha del Abierto. “Y, con suerte, se va a lanzar antes del Abierto de Estados Unidos en septiembre, así que este es mi siguiente proyecto”.
Sharapova tiene grandes negocios a los que toma muy en serio.
“Es un trabajo muy diferente a ser jugadora de tenis, trabajar con los consumidores y entender qué es lo que la gente compra, las tendencias, lo que está de moda y lo que no, si es algo que durará en el mercado durante años”.
“Lo veo como algo divertido para mí, que sea creativo para mí, el laborioso proceso de ver algo que está en papel o que es sólo una idea. Estás de viaje y ves a alguien que trae puesta una bolsa cruzada al cuerpo y piensas: “¡cielos, me encanta la correa de eso!”, y entonces algo te hace clic y lo pones en papel para que un año después veas que ya está disponible en las tiendas para que la gente lo compre”.
“Eso simplemente me encanta, creo que es un proceso sorprendente y he sido muy afortunada en poder trabajar con tanta gente maravillosa que me enseñan tanto sobre diferentes cosas. Yo no soy diseñadora, nunca fui a la escuela para estudiar eso, pero me encanta ser creativa y me encanta aprender y entender que funciona y que no”.
Esa atención a los detalles también ha ayudado a colocar a Sharapova en una posición en dónde se une al grupo de nueve tenistas que han ganado los cuatro títulos Grand Slam, conocidos como los “Ganadores Grand Slam”, y resurgiendo en estos años después de haber sufrido una seria lesión en el hombro.
A pesar de haberse descrito a sí misma alguna vez como “una vaca en el hielo” dentro de las canchas de arcilla, Sharapova ha mejorado su juego en este tipo de cancha a tal grado que la número 2 del mundo es hoy una importante contendiente para ganar el Abierto Francés y añadir el título a los ya ganados en Wimbledon, en el Abierto de Estados Unidos y el Abierto de Australia.
El año pasado llegó a las semifinales del Roland Garros por segunda vez y ya tenía bajo el brazo dos triunfos en torneos jugados sobre arcilla durante esta temporada después de haber mantenido su título en el Abierto Italiano el fin de semana pasado.
“El Abierto Francés es una gran meta para mí porque siempre he dicho que es el torneo que implica un mayor reto para mi”, dijo.
“Ya fuera aquella ocasión en la que me llamé a mí misma vaca sobre hielo, o lo que fuera, pero si salgo ahí y juego físicamente bien, si me siento sana y me siento bien no veo por qué no podría ganarlo”.
“He estado en un par de semifinales, creo también el año pasado. Así que realmente se trata de ponerme a mí misma en la posición para ganarlo. Creo que definitivamente puedo hacerlo”.
Sharapova ha sufrido solamente una derrota en cancha de arcilla durante toda la temporada contra Serena Williams en la final del Abierto de Madrid, y llegó en el momento justo.
Pero a pesar de su fluidez en la cancha en las pasadas semanas, reveló cuánto le cuesta la transición de las canchas duras a la suave cancha de arcilla cada año.
“Los primeros días en la arcilla son brutales, especialmente durante las prácticas; simplemente estás haciendo tu trabajo de pies y movimientos”, dijo.
“Es tan frustrante. Nunca rompo las raquetas, pero esos primeros días me la paso rompiendo raquetas. Me la paso diciendo: ¡tráiganme más raquetas!”.
“Con los años he visto que para mí la clave está en ser físicamente más fuerte, en dónde he sido capaz de jugar un partido ya sea en tres sets, o en dos sets muy pesados y ser capaz de recuperarme para el siguiente día”.
En Europa uno de los retos que tienes es que en una semana podrías estar jugando cinco o seis partidos por semana, luego tienes el siguiente torneo en puerta, luego una semana libre y después llega un grand slam”.
“El aspecto físico de todo eso y estar consciente que tu cuerpo debe estar listo para todos esos partidos en un periodo de tiempo tan corto sobre una cancha de arcilla siempre me ha resultado difícil”.
“Siempre me he podido recuperar mucho mejor y me muevo mucho mejor en él, así que es mejor, menos raquetas rotas”.
Las mujeres frecuentemente son comparadas con los hombres, con las explosiones de Novak Djokovic, Rafael Nadal y Roger Federer cimentando esta era como la época dorada de las competencias en las canchas masculinas.
Pero Sharapova insiste en que el juego de las mujeres está en una curva ascendente, con jugadoras como Víctoria Azarenka, Petra Kvitova y Serena Williams luchando por obtener los honores y con una nueva generación de jóvenes talentosas pisándoles los talones.
“El nivel de juego de la primera ronda que juegas durante un torneo femenil es mucho más alto de lo que se veía hace 5 o 10 años”, explicó.
“Sentí de cierta forma que había venido a un torneo, había jugado los primeros partidos y los había tomado como un calentamiento. Todos en la prensa dicen ‘¿por qué siempre es 6-1, 6-0, 6-2?’. Pero ahora ya no ves eso tan a menudo”.
“Podrías estarte enfrentando a alguien en la primera ronda que no es tan consistente pero que cuenta con la experiencia, que han vencido a grandes jugadoras antes y resultan difíciles”.
“Creo que por eso ahora se ve mayor asistencia desde el principio de la semana ahora de lo que se veía hace años”.
A pesar de posarse sobre los hombros de la historia, Sharapova insiste que esos pensamientos no la dominan, aunque una nueva dedicación hacia su profesión la llevo a poner más atención hacia su carrera después de sufrir una lesión seria.
“He jugado tenis desde que tenía 4 años de edad y cuando te encuentras jugando un partido, ya sea que vayas perdiendo o ganando, hay tantas emociones que están ahí”, dijo.
“Aun y cuando estuve fuera de las canchas por nueve meses por la cirugía del hombro e intentaba regresar, nunca nunca sentí eso”.
“Hubo tantas cosas que hice mientras estuve fuera de las canchas, simplemente grandes experiencias, gente maravillosa, me puse a trabajar en proyectos asombrosos, pero nada me dio esa sensación de estar en esa posición en dónde tenía que retraerme del juego si es que iba perdiendo”.
“Cuando me tenía que cerrar en mí misma durante un partido que no esperaba ganar, era tal la descarga de adrenalina que es algo que no consigues tan fácilmente en la vida”.
“Ya sea que esté jugando para un torneo pequeño en una ciudad pequeña frente a 2,000 personas, o sea la final de Wimbledon en dónde tienes una audiencia maravillosa y toda esa historia detrás, es realmente el que intentes ser mejor lo que cuenta al final del día”.