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Croacia y Serbia, piden 'paz' en eliminatoria mundialista

Ambos países se enfrentaron en una guerra sangrienta en 1991 y esta vez lo harán en un partido de clasificación para el Mundial
vie 22 marzo 2013 02:43 PM
Croacia aficionados racismo
Croacia aficionados racismo Croacia aficionados racismo

Cuando las selecciones serbia y croata lleguen a la cancha del Estadio Maksimir de Zagreb, Croacia, este viernes, los recuerdos de una historia sangrienta y desgarrada por la guerra entre los países vecinos será estarán de nuevo bajo los focos.

El partido de calificación para el Mundial 2014 es el primer encuentro entre los dos equipos desde la ruptura de la ex-Yugoslavia y tras la Guerra de Independencia Croata, que ocurrió entre 1991 y 1995.

El inicio de la desfragmentación de Yugoslavia, a principios de la década de 1990, causó el conflicto más sangriento en el continente europeo desde la Segunda Guerra Mundial, con un estimado de 140,000 personas asesinadas.

Mientras las heridas de la guerra aún no han sanado, el entrenador de Croacia, Igor Stimac, instó a los aficionados a no usar el juego como un intento para saldar viejas cuentas.

“Imploro a los aficionados de Croacia a respaldarnos con su amor por el equipo nacional y no con el odio hacia nuestros oponentes”, dijo a los reporteros antes del partido, Stimac, quien tuvo 53 partidos internacionales con Croacia entre 1990 y 2002.

“Todos aquellos que acudan deberían apoyarnos en la manera más digna y si lo hacen, nos harán sentir confiados para obtener el resultado que queremos en este partido histórico.

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“Esta es una oportunidad grandiosa para mostrar a todos, incluida la FIFA y UEFA, lo que realmente nos gusta. Ambos equipos tienen la capacidad de hacer que este evento sea un partido de futbol y mostrar al mundo que son naciones de futbol grandiosas”.

Guerra maldita

Una victoria de Croacia este viernes efectivamente terminaría con las esperanzas de calificación al Mundial por parte de Serbia.

Actualmente Croacia ocupa el segundo lugar en el grupo, empatado con 10 puntos con el líder Bélgica, mientras que Serbia tiene cuatro puntos y estará a nueve del equipo de Stimac si pierden el partido tan anticipado.

Como Stimac, el entrenador de Serbia, Sinisa Mihajlovic, quiere que sus jugadores inspiren un apoyo apasionado por parte de sus aficionados. Y como Stimac, Mihajlovic está dispuesto a alejarse del pasado.

“Este juego no es una continuación de la guerra”, dijo el exjugador de Yugoslavia a La Gazzetta dello Sport de Italia a principios de esta semana.

“Ya atestiguamos la guerra real, maldita y horrible, y aún cargamos las heridas y las cicatrices.

“Es solo un partido de futbol apasionado e importante que despierta muchas pasiones en las personas: un partido importante para nuestra posición en la tabla de grupos y para el desarrollo continuo de mis jugadores.

“Si ganamos, reduciremos la brecha a tres puntos y aún podremos calificar”.

Tanto Mihajlovic como Stimac jugaron cuando Croacia y Yugoslavia se enfrentaron en el torneo de clasificación para la Euro 2000.

El primer partido en Belgrado en agosto de 1999 terminó con un empate 0-0, así que el partido de vuelta en Zagreb era crucial para las esperanzas de ambos por alcanzar el campeonato, disputado en Holanda y Bélgica.

“El estadio en Zagreb era como un volcán”, recuerda Mihajlovic. “Había policías en todos lados.

“Había muchos excompañeros de equipo quienes jugaron juntos para Yugoslavia y que ahora se enfrentaban. Ya no estaban en el mismo equipo.

“Había una pancarta que decía ‘Vukovar 1991’, la ciudad que fue tan simbólica de la guerra”, añadió Mihajlovic, al referirse a la ciudad croata que fue gravemente dañada durante un asedio en el conflicto.

Vukovar fue el lugar de nacimiento de Mihajlovic, quien era hijo de una madre croata y padre serbio. Actualmente, aproximadamente un tercio de la población en Vukovar está compuesta de serbios, aunque los dos grupos étnicos permanecen segregados.

“Cada vez que iba a hacer un tiro libre o un tiro de esquina, la tensión era alta”, continuó Mihajlovic, mientras recordaba más cosas de ese partido en Zagreb en 1990.

“Golpeó en la portería dos veces, una vez en el poste y otra vez en el travesaño.

“Y también fui parte de los goles de (Pedrag) Mijatovic y (Dejan) Stankovic: con 2-2, clasificábamos, y Croacia fue eliminada”.

Historia sangrienta

Mihajlovic y su equipo probablemente encontrarán una atmósfera similar en el Estadio Maksimir este viernes. Ningún aficionado visitante asistirá a los partidos de clasificación para el Mundial entre los dos equipos.

El estadio Maksimir tiene su propia historia sangrienta. Fue escenario de un encuentro infame entre el club croata Dinamo Zagreb y el equipo serbio Red Star Belgrade en 1990 en el que hubo una revuelta y varias personas fueron apuñaladas y heridas.

El partido de este viernes servirá como barómetro para el humor de los aficionados, con aquellos que recuerdan el conflicto y aquellos demasiado jóvenes para haber atestiguado la pelea que se generó.

“He estado en Zagreb y Belgrado y ambas ciudades, ambos países, ven esto como algo más grande que el futbol”, dijo a CNN, James Montague, autor de When Friday Comes: Football, War and Revolution in the Middle East (Cuando llega el viernes: futbol, guerra y revolución en Medio Oriente).

“En el pasado el juego realmente fue un indicador de adversidad en términos de las dinámicas políticas.

“Ahora es un poco diferente. Por supuesto, las generaciones más grandes recuerdan los horrores y esta es una extensión de eso en algunos aspectos.

“Pero las personas más jóvenes son diferentes. Pocos jugadores, especialmente en Serbia, tienen muchos recuerdos anteriores a 1990. Para ellos este es un partido.

“Cada año el odio disminuye”.

Tanto Stimac como Mihajlovic pidieron calma antes del partido y se espera que establezcan un tono digno este viernes, pero los dos entrenadores no siempre se llevaron bien durante sus carreras.

“Stimac y Mihajlovic no se agradan, desde la final de la Copa de Yugoslavia 1991 entre Hajduk Split y Red Star Belgrade”, explicó Montague.

“Se llevó a cabo justo cuando la guerra explotaba. Ambos fueron expulsados al hablar mal uno del otro. Ambos han dicho cosas ridículamente nacionalistas en el pasado.

“Pero los dos han enterrado una pelea de 20 años al reunirse y acordar dar un ejemplo positivo. Dependerá de todos los presentes la noche de este viernes seguir su ejemplo”.

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