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Atlante, el descenso de un club "histórico", nómada y de "afición fiel"

Los Potros han ganado tres títulos en casi 100 años de historia, pero se han caracterizado por la irregularidad, pese a una fiel afición
lun 14 abril 2014 10:44 AM
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El Atlante, uno de los equipos con más tradición del futbol mexicano, está virtualmente en la división de ascenso. Solo una goleada a su favor de más de 25 anotaciones y dos derrotas del Puebla lo mantendría con vida.

Con casi 100 años de historia —comenzaron a jugar como Atlante en 1920—, los Potros de Hierro han tenido entre sus filas figuras de la Selección Mexicana como Hugo Sánchez, Jorge Campos, Luis García y Luis Roberto Álves Zague; e incluso el actual entrenador del Tri, Miguel el Piojo Herrera.

Los azulgranas perdieron este domingo ante Santos y están a seis puntos del Puebla —uno de sus rivales en la guerra del porcentaje—, cuando restan seis unidades por disputarse, aunque Puebla tiene una diferencia de goles muy superior. Atlas y Veracruz, a pesar de sus derrotas en la última jornada están matemáticamente salvados.

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"Más allá de que yo haya jugado ahí, es un equipo que tiene toda una vida de tradición. Aunque se haya ido a Cancún. La situación que está viviendo no es la mejor, y no es la que yo quisiera que tuviera el equipo", dijo Raúl Gutiérrez, exdefensa del Atlante, quien trabaja ahora con selecciones juveniles de México y ganó el Mundial Sub-17 en 2011.

"Es difícil (para un futbolista), no es cómodo, pero te puedo asegurar que es mucho más difícil y complicado para los directivos… tienes que aguantar el juicio sumario que se hace públicamente", agregó el exmediocampista y ahora dirigente del Necaxa, Guillermo Cantú, quien vivió una situación de descenso con los azulgranas a principios de la década de 1990.

En la Liga mexicana desciende quien haya acumulado el porcentaje más bajo de puntos durante seis torneos cortos. En esta ocasión se contabiliza el puntaje del torneo Apertura 2011 al Clausura 2014.

Durante ese lapso el equipo cuyo nombre está inspirado en la mítica isla de la Atlantida vendió a algunas de sus principales figuras, como Luis Gabriel Rey, Christian Bermúdez, Osvaldo Martínez, el portero Moisés Muñoz, y al técnico, el Piojo Herrera. La mayoría de ellos obtuvo un campeonato con América el año pasado.

Otra baja importante para los Potros fue la del portero Federico Vilar, quien pasó al club Monarcas Morelia y ahora juega para Atlas.

A lo largo de esta temporada, con un cuadro sin estrellas, Atlante obtuvo triunfos importantes en su lucha por permanecer en la primera división, ante equipos como Toluca, Querétaro y Pachuca.

Eso a pesar de que cambiaron de entrenador desde la fecha dos, cuando entró el argentino Pablo Marini en lugar de Rubén Israel, y tuvieron que reajustar su esquema de juego. Sin embargo el esfuerzo fue insuficiente.

La inestabilidad ha sido una constante del club que en algún momento se conoció como el equipo del pueblo, fundado por obreros de fábricas textiles, según su web oficial. En sus orígenes hay leyendas como la de que uno de sus propietarios vendió una vaca para comprar los primeros uniformes, en la década de 1920.

Sube y baja

El drama del descenso es un viejo conocido para el Atlante. Su primera caída del máximo circuito se remonta a la temporada 1975-1976, aunque regresaron el siguiente año a la primera división.

No volvieron a tener problemas de ese tipo hasta la temporada de 1990, ya con el directivo José Antonio García como propietario.

De nueva cuenta perdieron la categoría, pero se recuperaron y su retorno al máximo circuito encumbró como héroe azulgrana al portero Félix Fernández, quien anotó el penalti de la victoria en el partido definitivo para volver a ser de primera, ante Pachuca.

El descenso más reciente de Atlante ocurrió en 2001, aunque una decisión de aumentar el número de equipos en la Liga mexicana le permitió a los Potros jugar una promoción y permanecer.

"Parece que es una historia de convivencia con ese tipo de cosas. Es difícil explicarlo, pero pese a eso el equipo ha subsistido", comentó el Potro Gutiérrez sobre la inestabilidad del club azulgrana.

Un equipo nómada

Durante su historia, con idas y vueltas, los Potros han jugado como locales en el estadio de la Ciudad de los Deportes (que con ellos era conocido como estadio Azulgrana), y en Ciudad Universitaria. También ha sido su sede el Estadio Azteca, el estadio La Corregidora de Querétaro, el Neza 86, y ahora el estadio Andrés Quintana Roo, de la ciudad de Cancún —sur del país.

Atlante jugó la mayor parte del tiempo en el Distrito Federal. Siempre tuvo una cantidad de seguidores menor a la de América, Cruz Azul y Pumas, aunque fieles a la identidad del equipo, en porras como la Tito Tepito.

La decisión de llevarse al Atlante para jugar en Cancún —el cambio ocurrió en 2007—, disgustó a muchos de sus aficionados en la capital, que habían seguido al equipo en las buenas y en las malas, y de repente tenían a sus Potros a un vuelo de avión de distancia.

"Si eres atlantista y viviste 70 años de esa época con el Atlante, y de repente se va a Cancún, sí puedo entender que de repente no seas el más contento… (pero) se nos olvida que esto también es un negocio, y hay que ver cómo la creatividad surge para poder competir con equipos muchísimo más poderosos", comentó Cantú.

Triunfos azulgranas

No todo han sido tragos amargos para los atlantistas. Su primer título de la era profesional lo obtuvieron en la temporada 1946-1947, con jugadores como Horacio Casarín.

Muchos años después obtuvieron su segundo campeonato, en la temporada 1992-1993, con Ricardo La Volpe como entrenador, quien formó un equipo ofensivo en el que jugaron elementos como Miguel Herrera, Luis Miguel Salvador, Raúl Gutiérrez, Guillermo Cantú, Daniel Guzmán, Félix Fernández y José Guadalupe Profe Cruz.  

Muchos de ellos ahora son entrenadores, y se ha mencionado que pertenecen a la "escuela Lavolpista", por reflejar en su estrategia algunos de los conceptos del técnico argentino.

Los Potros de Hierro conquistaron su título más reciente en diciembre de 2007, en la primera temporada que jugaron en Cancún. Vencieron en la final a Pumas y parecía que a partir de ese momento forjarían una historia ganadora en el sur del país.

Sin embargo ese triunfo es ahora un buen recuerdo, que llena de nostalgia a sus seguidores.

"Sé que estas circunstancias que está viviendo el Atlante no son las más cómodas. Es un drama, es como la vida, un drama. Pero a la larga esta experiencia, hoy amarga, se va a convertir en una experiencia positiva", opinó Cantú sobre la situación de Atlante.

Desde la perspectiva del Potro Gutiérrez, los jugadores que están ahora en Atlante deben luchar hasta el último minuto, para que "pase lo que pase" cierren con orgullo la temporada.

Además de la tristeza que puedan sentir los aficionados, dijo el ahora estratega, perder la categoría también provoca que se corten ciclos.

"Cuando un equipo se va al descenso, los que más pagan el precio son los jugadores jóvenes, y los jugadores muy veteranos", quienes incluso llegan a devaluarse, y tienen dificultades para que otro conjunto los vuelva a contratar, explicó.

El destino de los Potros de Hierro ahora está en las decisiones que tomen los directivos tras un descenso inminente.

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