¿Eres joven ahorrador? Evita que los cambios laborales afecten tu retiro
Una de las consultas que me realizan es si, tras haber empezado de forma temprana a ahorrar para el retiro, es recomendable bajar el riesgo invirtiendo de forma menos agresiva. Muchos ahorradores treintañeros que llevan ya varios años haciendo la tarea quieren estar más tranquilos y despreocupados. ¿Es una buena estrategia?
Comenzar a ahorrar para el retiro al inicio de nuestra vida laboral es un gran comienzo que da más margen de maniobra en la manera en que preparas la jubilación. Pero los jóvenes no deben cometer el error de suponer que lo tienen todo controlado y pueden empezar a navegar inercialmente hacia una cómoda vida post-laboral.
Cualquier cantidad de factores podrían nublar tus perspectivas de jubilación en el curso de los próximos 30 años. Los reveses del mercado podrían afectar tus ahorros o tus rendimientos futuros podrían ser mucho más débiles que en el pasado (como advierte un reciente informe de McKinsey.) Y aunque has sido un ahorrador diligente hasta la fecha, un despido laboral podría desestabilizar tu régimen de ahorro y tal vez incluso obligarte a echar mano de él.
Es necesario ser prudente a la hora de asumir que está bien pasar de una estrategia de ataque a una de defensa. En vez de eso, sugiero analizar estas situaciones desde un ángulo ligeramente diferente, es decir, considerar maneras de aprovechar el margen de seguridad que has logrado construir hasta la fecha y, al mismo, tiempo asegurarte de mantener ese ‘momentum’.
Aquí hay tres maneras de hacerlo:
1. Sigue ahorrando, aunque a un ritmo algo más lento
Si has progresado mucho y vas sobrado en lo tocante a los ahorros, eso significa que has estado ahorrando como loco desde que comenzaste tu vida laboral. Así que tal vez quieras (y probablemente puedas permitírtelo) aligerar un poco esa marcha, especialmente si otras obligaciones (como la educación de los hijos) comienzan a ejercer una mayor demanda de tus ingresos en este momento de tu vida.
Pero no aflojes las riendas demasiado. Como regla general, conviene mantener la tasa de ahorro en el rango de 15% al año. Si bajas mucho de ese umbral, podrías comenzar a 'comerte' tu margen de seguridad
2. Revisa tu estrategia de inversión si quieres, pero hazlo razonablemente
El deseo de adoptar una postura de inversión más conservadora cuando se tiene un ahorro considerable es comprensible. Después de todo, una de las ventajas de ser un ahorrador diligente es que no tienes que depender tanto de los altos (e imprevisibles) rendimientos de las inversiones para lograr una jubilación segura.
Sin embargo, aunque no se quiera tomar más riesgos de inversión de los necesarios, también hay que saber que pronosticar los rendimientos (y medir la probabilidad de construir un ahorro lo bastante grande para sostenerte por mucho tiempo dada la actual esperanza de vida) sigue siendo un arte dudoso. Las proyecciones, aunque parezcan precisas, son proyecciones, no garantías.
Así que, si bien recomiendo contestar un cuestionario de asignación de activos para llegar a una combinación de acciones y bonos que concuerde con tu tolerancia al riesgo y luego ingresar esos datos en una calculadora de jubilación, concede cierto margen de error. Incluso si los números la apoyan, yo sería cauto con una estrategia tan conservadora que corriera el riesgo de desaprovechar el colchón de seguridad que te has construido.
Es necesario tener en mente, además, que inclinarte demasiado en los bonos y el efectivo a los treinta puede limitar tu ventaja, incluyendo la posibilidad de una jubilación anticipada. Así que, en cualquier caso, reduce tu tenencia de acciones si eso te hace sentir más cómodo, pero no exageres.
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3. Monitorea tu progreso al menos cada dos años
Todos hemos visto los partidos de baloncesto donde un equipo toma una ventaja aparentemente insuperable en el primer cuarto y termina el juego ganando por los pelos o incluso perdiendo. Para evitar un gran comienzo con un mal final en tu plan para el retiro, debes vigilar tu progreso a lo largo de tu vida laboral.
Puedes hacerlo ingresando periódicamente información en alguna herramienta de retiro, como tu saldo actual de ahorro, la cantidad que separas cada año y cuándo piensas retirarte.
Insisto, hablamos de proyecciones, no garantías. Pero si ves que tus posibilidades de lograr una jubilación segura están disminuyendo de manera constante, es una señal de que tal vez tengas que hacer algunos ajustes a tu plan (ahorrar más, invertir de manera diferente, retrasar la jubilación). En la medida en que hagas esos pequeños ajustes en el curso de tu vida laboral, será menos probable que tengas que hacer ajustes radicales en vísperas de tu retiro.