Uno de cada 5 texanos es pobre: Censo

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Al gobernador de Texas, Rick Perry, le gusta alardear que su estado es un motor económico; sin embargo, aproximadamente uno de cada cinco texanos vive por debajo de la línea de la pobreza.

Si bien es cierto que Texas es responsable del 40% de los empleos creados en Estados Unidos en los últimos dos años, en 2010 su tasa de pobreza creció más rápido que la media nacional. 

Texas se ubica en sexto lugar en lo que se refiere a población que vive en condiciones de pobreza. De acuerdo con datos recientes divulgados por el Buró del Censo, en 2010, 18.4% de los texanos vivía en situación de precariedad, frente al 17.3% del año previo. La tasa nacional de pobreza es de 15.1%. 

El estado sureño tiene, además, una de las tasas más bajas de gasto per cápita entre sus ciudadanos y el más alto porcentaje de población sin seguro de salud. Tampoco ofrece subsidios para aquellos que los necesitan, distribuye relativamente pocos cupones de alimento y es muy difícil calificar para ser beneficiario de ayuda monetaria. 

"Hay dos grupos en Texas, hay una parte a la que le va bien, y luego hay un tremendo número de texanos, más de los que a Perry le gustaría reconocer, que viven en situación muy, muy precaria", explica Miguel Ferguson, profesor asociado de trabajo social en la Universidad de Texas en Austin. 

Una combinación de factores demográficos y económicos contribuye a la alta tasa de pobreza que registra el estado, donde muchas familias, en especial en la franja sur, viven en casas desvencijadas, sin servicios o instalaciones de plomería. 

Más de la mitad de los habitantes del estado pertenecen a minorías, y muchos son hispanos. Esta población suele tener bajos niveles educativos, lo que les dificulta escapar de la pobreza, comenta Steve Murdock, profesor de sociología en la Universidad de Rice. Además, la población del estado es más joven que el promedio nacional y las familias son más extensas, lo que también incrementa su riesgo de pobreza. 

Por otro lado, la crisis ha ocasionado que otro nuevo grupo de texanos caiga en la pobreza: la antigua clase media. 

"La clase media está perdiendo sus trabajos y no es capaz de recuperarse con suficiente rapidez . Eso los conduce directo a la pobreza", señala Bradley Manning, director del organismo no lucrativo Texas Neighborhood Services. Incluso aquellos que tienen la suerte de encontrar un trabajo tienen dificultades para llegar a fin de mes, pues muchos de los empleos creados en el estado reciben salarios mínimos.  

El año pasado, cerca de 550,000 trabajadores recibieron el salario mínimo federal de 7.25 dólares o menos; esa cifra dobla el número de personas que obtenían esos salarios en 2008, de acuerdo con el Buró de Estadísticas Laborales. Para alguien que trabaja tiempo completo, eso equivale a 15,000 dólares antes de impuestos, un ingreso por debajo de la línea de la pobreza para un progenitor único con dos hijos a su cargo.

El 9.5% de la mano de obra que se paga por hora en Texas corresponde a trabajadores que reciben salario mínimo, y constituye el porcentaje más alto del país, un dudoso honor que comparte con Mississippi. 

Poca ayuda 

Para los residentes que viven en condiciones precarias, el estado no ofrece muchos servicios ni facilita el acceso a los beneficios sociales financiados por el Gobierno federal. Por ejemplo, es uno de los más estrictos a la hora de establecer los niveles de ingreso requeridos para calificar para asistencia federal monetaria, y es uno de los estados que menos dinero entrega; un máximo de 260 dólares al mes para una familia de tres miembros, indica Celia Cole, analista del Center for Public Policy Priorities, un organismo apartidista que protege a los residentes de bajos ingresos. 

El programa Medicaid en Texas cubre a muy pocos adultos no discapacitados. En 2008, solamente un estimado del 55% de las personas elegibles para recibir cupones de alimento se inscribió en el programa, una de las tasas de participación más bajas del país. 

La inscripción al programa mejoró desde que el Congreso estatal asignó más dinero para administrar el sistema tras ser presionado por el Gobierno federal y ser objeto de una demanda judicial colectiva. Sin embargo, la necesidad también ha crecido grandemente, advierte Cole. 

Los expertos atribuyen la escasez de servicios y la baja participación a la actitud antiasistencial de Texas. En el 'estado de la estrella solitaria', tú te las arreglas solo para salir del atolladero. "La mentalidad de Texas es que no debes pedir ayuda", comenta Ferguson. 

Perry, aspirante republicano a la Presidencia, secunda este enfoque. Cuando se le cuestionó sobre la alta tasa de pobreza, una portavoz del gobernador dijo que Perry se centraba en crear empleo para que los texanos pudieran sostenerse a sí mismos y a sus familias. Puntualizó que el 95% de los trabajos en el estado reciben un salario superior al mínimo. "Intentamos crear una cultura de la independencia en lugar de la dependencia", dijo Lucy Nashed, subrayando que el estado proporciona una red de protección adecuada para los infantes, los adultos mayores, los discapacitados y las mujeres embarazadas. 

Pero hay quienes piensan que debe hacerse más para ayudar a la gente a mejorar o regresar a la auto-suficiencia. El estado debería invertir más en educación pública, capacitación laboral, programas de salud y asistencia al empleo, como subsidios para guarderías. Asimismo, debería enfocarse en crear empleos con mejores salarios y beneficios. 

"No tenemos el sistema asistencial preciso para ofrecer apoyo económico u oportunidades económicas que ayuden a las familias a salir de la pobreza", resume Frances Deviney, investigadora del Center for Public Policy Priorities.