2030: Crisis de agua en China
Después de cada elección presidencial en Estados Unidos, el Consejo Nacional de Inteligencia (NIC, por sus siglas en inglés), la agencia gubernamental que elabora análisis estratégicos a largo plazo para la comunidad estadounidense de inteligencia, publica un informe sobre los riesgos de seguridad.
Su último informe, publicado el 10 de diciembre y llamado "Tendencias Mundiales 2030: Mundos Alternativos", cubre una variedad de temas como conflictos transfronterizos o un colapso económico regional.
Un tema en particular que se destaca este año es la crisis venidera de alimentos y agua en China.
Según el informe, el cambio climático aunado a la progresiva urbanización y los estilos de vida de la clase media china crearán una enorme demanda de agua y por lo tanto, escasez de cosechas en 2030. Como apunta el informe: "El agua puede convertirse en una fuente de conflicto más importante que la energía o los minerales en 2030".
A nivel mundial, se estima que la demanda de alimentos aumentará en más del 35% en 2030 y eso significa que el mundo necesitará más agua. Después de todo, la agricultura y la ganadería representan el 70% de nuestro consumo de agua. De acuerdo a un importante estudio internacional, las necesidades hídricas mundiales -en su mayoría para sostener las actividades agropecuarias- aumentará un 40% por encima de los actuales suministros de agua sostenibles.
China es particularmente vulnerable a esta tendencia. El informe señala, por ejemplo, que la producción de cereales en dicho país se enfrenta a retos significativos de estrés ambiental asociados a la escasez de agua (el deshielo de los glaciares del Himalaya tampoco ayuda), la erosión del suelo y las presiones sobre la disponibilidad de tierras causadas por la urbanización.
China es un importante productor de trigo y el segundo mayor productor y consumidor de maíz después de Estados Unidos.
En 2030, sin embargo, China ya no será autosuficiente en estos cultivos y podría verse obligada a aumentar sus importaciones desencadenando potencialmente "un significativo aumento en los precios en los mercados internacionales", concluye el NIC.
Nada de esto tiene que ocurrir si China -así como otros países en desarrollo- busca nuevos métodos para incrementar el rendimiento de los cultivos y preservar el agua. El NIC propone tres nuevas tecnologías que deben desarrollarse: los cultivos transgénicos, la agricultura de precisión y sistemas de riego de alta tecnología.
- El NIC cree que los avances en genética vegetal -posibles gracias a la biología molecular- constituyen una gran promesa para lograr la seguridad alimentaria en los próximos 15-20 años. Cultivos resistentes a insectos y sequía que requieren pequeñas cantidades de fertilizante pueden ser diseñados a través del fitomejoramiento molecular. Naciones como China tendrán que superar la resistencia de los consumidores y de los reguladores internacionales.
- La robótica podría ayudar a los agricultores a reducir la cantidad de agua, fertilizantes y semillas que necesitan. El NIC dice que dentro de los próximos cinco a 10 años, los "tractores automatizados" pueden utilizar la tecnología informática para cultivar de manera más eficiente. El NIC también informa que la agricultura "vertical" en estructuras de gran altura podría ayudar a aumentar el rendimiento y reducir el consumo de agua.
- Los sistemas de riego en las granjas desperdician aproximadamente el 60% del agua utilizada. Los sistemas de micro-riego que emplean las TI para medir exactamente la cantidad necesaria de agua que ha de suministrarse a las plantas podrían aumentar el rendimiento de forma espectacular. No obstante, el costo de los sistemas de micro-riego hoy en día es todavía alto.
Al igual que con cualquier conjunto de predicciones, es difícil saber si alguna de estas nuevas tecnologías ganará tracción o qué tan rápido lo hará. Por lo menos, sí presentan algunas ideas interesantes para los inversionistas que busquen una manera de beneficiarse de la economía del siglo 21.