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Reforma, desigual y sin incentivos: IP

El plan fiscal no cumple con los básicos de todo sistema contributivo, dice centro de estudios; el CEESP cuestiona la propuesta de gravar comida chatarra y la compra de mascotas en México.
dom 27 octubre 2013 01:10 PM
El CEESP afirma que la reforma fiscal no estimula el crecimiento económico de México. (Foto: Getty Images)
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La reforma hacendaria propuesta por el Ejecutivo podría quedarse en una simple miscelánea fiscal, pues los diputados aprobaron un paquete inequitativo, sin medidas para ampliar la base de contribuyentes ni incentivos para invertir, afirmó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP). El organismo estimó que el principio fundamental de toda reforma hacendaria debe ser el bienestar de los hogares una vez que se estimula la inversión y el crecimiento, pero "tratar de hacerlo con deuda, implica facilitar el camino hacia un estancamiento de la economía".

"Parece que no nos equivocamos", expresó el organismo de investigación del sector privado en su reporte semanal "Análisis económico ejecutivo".

Aunque no era necesario ser un especialista para anticiparlo, dada la necesidad recaudatoria que reflejaba el sector público para cumplir con todos los programas sociales prometidos a la población, argumentó.

Refirió que la Cámara de Diputados aprobó una reforma tributaria y no hacendaria, la cual está lejos de cumplir con los principios básicos que todo sistema contributivo debe tener.

La propuesta, expuso, es compleja, está lejos de ser equitativa y no estimula el crecimiento económico.

Aseguró que bajo el supuesto principio de una reforma social y de protección a la clase media, los diputados aprobaron un paquete que es notoriamente inequitativo, ya que la carga impositiva en el país se concentra cada vez más en un grupo menor de contribuyentes.

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Ello porque además de no buscar aumentar la base de quienes contribuyen al fisco, muchos causantes cautivos prefieren cambiarse al lado informal si eso les permite no afectar sus ingresos, expuso el CEESP.

Argumentó que determinar la capacidad contributiva bajo la suposición de que son más pudientes quienes tienen una mascota o gustan de masticar chicle, parece que "nos aleja de una percepción seria de la distribución del ingreso y nos acerca mucho más a corroborar que las decisiones políticas son las que prevalecen en este periodo de sesiones".

Señaló que la supuesta preocupación del Congreso por la salud de la población ha llevado a los legisladores al extremo de decidir qué deben o no consumir los mexicanos, lo que contraviene la libertad de elegir.

Además, indicó, es muy factible que el plan fiscal lleve a la informalidad a muchos pequeños negocios que comercializan productos considerados no básicos a fin de no verse afectados por el impuesto especial de 5.0% a la enajenación e importación de este tipo de bienes, como dulces, gelatinas, chocolates, flanes, crema de cacahuate, dulces de leche helados, nieves y paletas de hielo.

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Planteó que más que un tema económico, la obesidad se puede considerar un aspecto cultural y, por ello, la solución más efectiva podría estar en las aulas con un programa de enseñanza eficiente sobre hábitos alimenticios y sus beneficios, y no con medidas que afectan la capacidad adquisitiva de los hogares.

Además, dijo, la decisión de gravar con 5.0% de Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a estos productos es contradictorio, cuando por el lado del IVA están exentos al considerarse alimentos.

La razón del IEPS a estos productos es "un IVA con camuflaje", consideró.

El organismo apuntó que si en el paquete aprobado se considera que quienes poseen mascotas tienen mayor capacidad contributiva, no debe resultar extraño que se piense que quienes ganan 41,666 pesos al mes son ricos, y por eso ahora este segmento tendrá que pagar una tasa de Impuesto Sobre la Renta (ISR) de 31%.

No obstante, también se abren nuevos rangos, de tal manera que quienes ganen 62,500 pesos al mes tendrán que pagar una tasa de 32%, para ingresos de 83,300 pesos mensuales se aplicará una tasa de 34% y para ingresos superiores a 250,000 pesos de 35%.

Señaló que si bien ello marca una progresividad importante en materia de ISR, debe tenerse en cuenta que siguen siendo los causantes cautivos los que cargan con la mayor responsabilidad de sostener las funciones del sector público, además de subsidiar a toda la población informal.

"No se aprecian medidas para ampliar la base de contribuyentes. Incluso, buena parte de las propuestas que se integran en la reforma tributaria pareciera ser que su objetivo es precisamente reducir la formalidad", aseveró el centro de estudios.

Refirió que las cifras más recientes de la Secretaría de Hacienda reportan un universo de 39 millones 477,815 contribuyentes activos registrados, mientras que las cifras del INEGI indican que la población ocupada total se integra de 49 millones 549,331 personas.

Evidentemente existe un grupo importante en la informalidad que podrían incidir de manera significativa en los ingresos del fisco, concluyó.

Además, afirmó, la reforma no considera incentivos para invertir, pues empresas y personas físicas no ven un sistema impositivo, equitativo, eficiente y transparente.

El principal motor del crecimiento es la inversión y para que ésta fluya de manera constante es fundamental un entorno de confianza.

De no ser así, agregó, el ritmo de crecimiento de la economía seguirá siendo insuficiente para generar mayor bienestar de la población y, por ende, mayor recaudación del sector público.

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