Instituciones y clases medias, los pendientes en AL: WEF
El Foro Económico Mundial para Latinoamérica reunido la pasada semana abogó por devolver la confianza en las instituciones e incorporar a las clases medias.
Las cosas parecen ir mal, pero van bien, o casi. La incertidumbre sobre el crecimiento y la confianza en las instituciones protagonizaron jueves y viernes las reuniones del Foro Económico Mundial para Latinoamérica entre un gélido aire acondicionado y el sol de Riviera Maya. El tema predominante fue el camino para llegar a la promesa reiterada del futuro prometedor de América Latina, y los obstáculos que impiden alcanzarlo.
“Los puntos de los que se habló fueron, primero, que América Latina necesita instituciones fuertes; segundo, unas políticas económicas sólidas y tercero, la necesidad de incorporar a las clases medias y conformar sociedades fuertes”, explicó Phillip Rösler, director gerente del Fondo Económico Mundial.
Rösler, de 42 años, es el exministro de Finanzas de Alemania y es responsable de coordinar los encuentros del Foro en África, China y América Latina.
En el encuentro participaron empresarios como Carlos Slim Domit, Agustín Coppel, Blanca Treviño, Angélica Fuentes, Carlos Danel, Alejandro Ramírez, pero también los llamados “global shapers”, jóvenes veinteañeros con proyectos de transformación empresarial y social, o académicos, Gobierno o “think tanks”, en la invención en los años 70 del fundador del foro, Klaus Schwab, de que el mundo empresarial debe ver a sus “stakeholders”, o co-partícipes.
“Uno de los grandes temas de este foro es la necesidad de un Gobierno confiable. La necesidad de que haya instituciones transparentes y creíbles”, apuntó Rösler.
El mismo presidente Enrique Peña abordó la debilidad de las instituciones, y reclamó un “cambio estructural”. No fue poco el ruido armado por la divulgación de las grabaciones de los directivos de OHL y sus conversaciones con responsables del Estado de México.
En el frente económico se debatió el mundo “post-commodities”, una vez que los precios globales de las materias primas dejaron atrás el boom. Para ello surge la inversión en infraestructura, “en movilidad y transporte”, y en energía como fuentes de crecimiento.
La tecnología ofrece un salto cualitativo que las economías latinoamericanas pueden dar para alcanzar el desarrollo. De esto hablaron en las sesiones Adriana Noreña, responsable de Google Latinoamérica, quien puso como ejemplo pequeñas empresas de Latinoamérica que gracias a las herramientas de Google lograron convertirse en “mini-multinacionales”, alcanzando todos los mercados.
La exclusión, por tanto, puede ser superada a través de la tecnología y la educación. Ese tercer gran tema presidió los debates: “La capacitación para el empleo, el empoderamiento de la mujer en el trabajo, la igualdad de oportunidades para todos”, explicó Rösler, son vías por las que América Latina puede dar un salto hacia la inclusión.
La protagonista incómoda de la semana, Angélica Fuentes, exOmnilife, (quien recibió en estos días una demanda millonaria de su exesposo Jorge Vergara), abogó por dejar en manos de las empresas el establecimiento de las políticas de atracción de talento femenino: infraestructura para maternidad y flexibilidad de empleo. Mientras Gabriela Ramos, de la OCDE, insistía en la inversión en educación de Calidad, y Ricardo Hausmann, de la Kennedy School de Harvard, insistía en la cultura de trabajo en equipo y en mejorar la movilidad y el transporte.
¿Y las reformas? La llave mágica de la prosperidad en la región no cumplió su promesa. “No puedes esperar que operen sólo con que se aprueben las leyes, es una cuestión de medio plazo. Es el camino correcto y se verán pronto los resultados”, dijo Rösler.
