Las razones tras el fracaso de la reunión petrolera en Doha
La falta de acuerdos entre los países petroleros en Doha para congelar la producción de crudo tiene su raíz en los desacuerdos entre Irán y Arabia Saudita, por lo que el mundo seguirá lidiando con los bajos precios del petróleo, que han puesto en aprietos las finanzas públicas de varias naciones.
El fracaso para conseguir un pacto ayer domingo entre varios países miembros y ajenos a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) llevó a que los precios internacionales del petróleo sufrieran fuertes caídas este lunes: el referencial West Texas Intermediate (WTI) retrocede más de 2% a 39.21 dólares por barril.
Las expectativas sobre la reunión se desinflaron desde la semana pasada cuando algunos analistas señalaron que un posible acuerdo no haría mucho por balancear el mercado pues de entrada los países no tenían ningún motivo o intención de aumentar su producción.
A las pobres expectativas se sumaron las diferencias entre dos de las mayores potencias de la región del Golfo Pérsico. "Probablemente, el mayor problema en lograr un acuerdo para restringir la producción sea la relación entre los sunitas de Arabia Saudita y los chiitas de Irán", dijo en un reporte la firma de investigación británica Oxford Economics.
Arabia Saudita había advertido previo a la reunión que no acordaría congelar su producción a menos que Irán hiciera lo propio. Teherán había señalado insistentemente que no consideraría frenar su producción hasta que alcanzara los niveles previos a las sanciones internacionales en su contra, cuando producía cerca de cuatro millones de barriles por día. Irán anunció que no enviaría a ningún representante al encuentro.
Bajo un acuerdo para congelar la producción, Irán habría tenido que adherirse a su producción de enero de 2.93 millones de barriles por día.
Ambos países también tienen sus diferencias en otros rubros más allá del mercado petrolero pues son naciones representativas de las dos grandes ramas en las que se divide el Islam: sunitas y chiitas. Arabia Saudita tiene mayoría sunita mientras que Irán posee una población mayoritariamente chiita.
Esa diferencia llegó al terreno geopolítico: Arabia Saudita ha liderado una guerra contra rebeldes presuntamente respaldados por Irán en Yemen y ha apoyado a quienes luchan contra el régimen de Bachar al Assad en Siria, que cuenta con el respaldo de Teherán.
Al deterioro en las relaciones entre ambos países se sumó la ejecución en Arabia Saudita de un clérigo disidente chiita.
Pese a ello, los analistas confían en que el mercado se rebalanceará para eliminar el exceso de oferta de cerca de 750,000 barriles por día, incluso sin un acuerdo entre los miembros de la OPEP.
“Con el mercado con sobreoferta, la carga para ajustarse permanece en los productores que no son miembros de la OPEP”, dijo Giovanni Staunovo, analista del sector en UBS. “Particularmente en Estados Unidos debido al poco espacio que tiene entre cambios en los precios y su respuesta de oferta”.
El número de plataformas petroleras en Estados Unidos cayó de nuevo la semana pasada a su menor nivel desde 2009. “Además, confiamos en que la demanda crecerá en este año (…), esto significará que el mercado petrolero se rebalanceará al final del año o a inicios del próximo, incluso sin un congelamiento en la producción”, dijo Capital Economics en un reporte.