Población endeudada, un problema creciente en India
Vijay Mallya tiene sus problemas: debe 1,300 millones de dólares, su pasaporte ha sido revocado y la India quiere que Gran Bretaña deporte al autoproclamado “Rey de los Buenos Tiempos”.
La caída en desgracia del magnate indio se ha convertido en una obsesión de los medios de comunicación en su país de origen: ¿Cómo fue que el barón de la cerveza —un hombre que posee su propio equipo de Fórmula 1, una franquicia de cricket y una línea aérea premium— se convirtió en un ejemplo patético de las deudas sin pagar?
Los préstamos morosos de Mallya son solo la punta del iceberg. Más del 5% de los préstamos bancarios de India están clasificados como cartera vencida, lo que significa que se han vuelto incobrables. Cuando se incluyen las deudas que han sido reestructuradas o pasadas a pérdidas, esa cifra salta a más del 14%.
Una economía en auge ha ayudado a disimular las pérdidas, pero la proporción de préstamos morosos en India ahora es muy superior a la de China bajo ciertas medidas.
“Los [préstamos morosos] de los bancos indios han aumentado a niveles alarmantes, a medida que las reformas se han estancado, los proyectos se mueven a un ritmo muy lento, la demanda externa se ha contraído fuertemente y la demanda interna sigue siendo anémica”, dijeron los analistas de Société Générale a principios de este año.
Funcionarios indios, dirigidos por el gobernador del Banco de la Reserva de India, Raghuram Rajan, están tratando de controlar el problema. El banco central ha auditado a los prestamistas y los ha obligado a limpiar sus libros.
“Puedes ponerle lápiz labial a un cerdo, pero eso no lo convertirá en princesa”, ha advertido Rajan a los banqueros. “Así que, disfrazar un préstamo, mostrarlo como reestructurado y no amortizarlo cuando se vuelve moroso, es un problema”.
Los inversores han castigado a los bancos del país —muchos de ellos propiedad del gobierno— por su falta de disciplina. Las acciones del banco estatal de India han perdido un tercio de su valor en el último año. Punjab National Bank ha caído 45% durante el mismo periodo.
En este contexto, 17 bancos han estado tratando de recuperar el dinero prestado a la difunta aerolínea de Mallya, Kingfisher Airlines.
Mallya, quien a menudo es descrito como el Richard Branson indio, salió de India hacia Reino Unido justo antes de que sus acreedores solicitaran a la Corte Suprema asegurarse de que permaneciera en el país. El empresario dice que sus ofertas de saldar una parte del dinero adeudado a los bancos habían sido rechazadas.
“Como banqueros profesionales, les gustaría llegar a un arreglo y seguir adelante, pero, debido a la manera en que mi imagen ha sido retratada, se rehúsan a ser vistos dándome algún tipo de rebaja”, dijo al Financial Times en una entrevista publicada el viernes. “Eso atraería una gran crítica mediática e investigaciones por parte de los organismos reguladores en India”.
Su caso se ha convertido en un importante tema político en India.
“En lo que se refiere al gobierno, las instrucciones claras son que los bancos deben hacer todo su esfuerzo para tomar todas las medidas posibles”, dijo el ministro de Finanzas, Arun Jaitley, al Parlamento el mes pasado.
Mientras tanto, los problemas de Mallya están sirviendo como una poderosa advertencia sobre los peligros de tomar demasiados préstamos.
“La deuda es muy parecida a la dinamita”, advirtió Rajan en diciembre. “Es un instrumento que es muy útil en lugares adecuados, y explosivo en otros”.