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¿Son impotentes los bancos centrales ante el 'brexit'?

Desde la crisis financiera estas entidades habían intervenido para corregir la economía, pero ante la salida del Reino Unido de la UE sus respuestas son limitadas.
jue 30 junio 2016 09:47 AM
Mark Carney, presidente del Banco de Inglaterra, alertó de bruscos movimientos en los mercados.
Sin respuesta Mark Carney, presidente del Banco de Inglaterra, alertó de bruscos movimientos en los mercados. (Foto: © POOL New / Reuters)

Los bancos centrales se habían convertido en la panacea todopoderosa de los problemas económicos globales en los años recientes.

Pero posible que no tengan una respuesta después del brexit y sus consecuencias.

Es un cambio clave. Desde la crisis financiera global, los bancos centrales han dirigido los esfuerzos de rescate de casi todas los grandes sorpresas económicas o financieras. Desde las tasas de interés extrabajas y las compras de bonos, hasta la comunicación de información altamente sensible de manera oportuna, los bancos centrales han tomado todas las medidas a su alcance. Y los inversores globales se han aferrado a cada una de sus palabras.

Antes del brexit, los banqueros centrales, incluida la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, advirtieron sobre los riesgos económicos si Gran Bretaña decidía abandonar la Unión Europea.

Pero ahora que ha sucedido, los bancos centrales simplemente están ofreciendo soporte al sistema financiero y los líderes han guardado silencio sobre ofrecer cualquier solución. Yellen incluso canceló una aparición en una mesa redonda en Portugal el lunes.

“Este es un problema fundamentalmente más profundo que lo que los bancos centrales y la política monetaria pueden manejar”, dice Tony Roth, presidente de inversiones de Wilmington Trust.

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Roth argumenta que el brexit no es un problema económico en este momento, sino una cuestión política, y que los bancos centrales no deben tomar ninguna medida drástica hasta que la economía muestre signos de debilidad o el efectivo se seque en los mercados.

El presidente del Banco de Inglaterra, Mark Carney, quien advirtió antes de la votación que el brexit podría causar una recesión en el Reino Unido, dijo el viernes que el Banco de Inglaterra no dudaría en tomar medidas para aliviar los mercados.

Pero ese comentario no calmó a los inversores: la libra esterlina y los mercados mundiales se desplomaron. Incluso Carney admitió el viernes que “podría esperarse alguna volatilidad económica y en los mercados”. Al igual que Yellen, Carney también optó por no hablar el lunes en Portugal.

El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, otro crítico del brexit, todavía está programado para hablar lunes por la tarde en Portugal.

Durante años, banqueros centrales como Yellen han argumentado que sus autollamados esfuerzos “extraordinarios” han mantenido a flote la economía mundial, especialmente cuando los legisladores en el Congreso permanecen estancados en una parálisis política.

Pero esas recetas no parecen capaces de aliviar la incertidumbre global tras el voto del Reino Unido para abandonar la Unión Europea el pasado jueves.

“Nos hemos acostumbrado a que los bancos centrales proporcionen un respaldo cuando los mercados han sido golpeados por las crisis anteriores”, dice Jeff Kleintop, jefe de estrategia de inversión global en Charles Schwab. “Esta vez los bancos centrales podrían ser incapaces de responder a las preocupaciones que impulsaron el resultado de la consulta”.

El brexit llegó en un momento especialmente difícil para los bancos centrales: sus dos trucos favoritos —la reducción de las tasas de interés y la compra de bonos— parecen estar perdiendo su magia.

Por ejemplo, el banco central de Japón sorprendió a todos cuando comenzó a utilizar tasas de interés negativas a principios de este año. Las tasas negativas deberían devaluar una moneda, lo cual ayudaría a un país a aumentar sus exportaciones y con suerte a generar un mayor crecimiento económico.

En cambio, la moneda japonesa, el yen, se recuperó a pesar de las tasas negativas, mientras que su mercado de valores, el Nikkei 225, se ha desplomado. Su crecimiento económico sigue siendo insignificante también.

En Europa, el BCE también llevó las tasas aún más hacia el territorio negativo y aumentó su programa de compra de bonos, también conocido como flexibilización cuantitativa. Pero la economía y los mercados financieros de Europa no han dado muestras de un fuerte rebote.

Eso está en marcado contraste con la Reserva Federal, que redujo las tasas a cero y comenzó a comprar bonos durante los peores días de la Gran Recesión. Esas acciones ayudaron a desencadenar un mercado alcista en las acciones y, algunos expertos sostienen que también la recuperación económica de Estados Unidos.

Ahora que la UE debe contemplar un futuro sin Gran Bretaña, algunos dicen que sus líderes han cometido un error previo al brexit al depender demasiado de su banco central para impulsar el crecimiento económico, especialmente un crecimiento que beneficie todas las clases.

“El Banco Central Europeo no puede generar un crecimiento alto e inclusivo, no importa lo mucho que lo intente”, dijo Mohamed El-Erian, principal asesor económico en Allianz, a Richard Quest de CNN el viernes.

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