Asistencia social en EU, otro tema espinoso para Donald Trump
Donald Trump ha sido claro en lo que respecta a seguridad social y otros programas de ayuda: no tocarlos.
“Quiero mantener intacta la seguridad social... No voy a recortarla, y no voy a elevar la edad (...) Ellos quieren recortarla muy sustancialmente, los republicanos, y yo no voy a hacer eso”, dijo Trump en una entrevista de radio esta primavera.
Pero el asesor económico y viejo amigo de Trump, Tom Barrack, pareció sugerir que esa postura es impulsada por la política; y que, de ser elegido, el candidato podría cambiar el tono.
“Creo que Donald Trump se adherirá a lo que dijo. Mi opinión personal es que él podría hacer algo diferente, porque hay que hacer algo diferente. Todo el mundo tiene que renunciar a algo. Si no lo hacemos, vamos a estrellarnos”, dijo Barrack en una amplia entrevista con Erin Burnett de CNN.
Barrack sugirió que Trump puede ser muy parecido a Ronald Reagan en términos de nombrar líderes eficaces y lograr un cambio:
“Creo que vamos a ver a Donald hacer lo mismo. Y creo que vamos a ver cómo lo hace en las prestaciones sociales de manera general”.
Cuando se le preguntó si Trump consideraría abordar una reforma de la seguridad social y de Medicare, un portavoz de la campaña de Trump dijo: “No vamos a recortar los beneficios de Medicare o seguridad social, sino a proteger ambos”.
Trump con frecuencia se lamenta de la carga de deuda del país. Aunque Medicare y, en menor medida, la seguridad social son factores clave de esa deuda, nunca ha argumentado públicamente una reforma a esos programas.
"Él no está argumentándolo porque se trata de un suicidio político en este caso. Si vas hacia arriba y empiezas a decir que vas a atacar la seguridad social, que vas a atacar a Medicaid, que vas a atacar todos estos departamentos [federales] —ahora tenemos 17% aproximadamente de la fuerza laboral empleada por el gobierno—, adiós a esos votos. Así que ningún político inteligente va a entrar en este entorno”, dijo Barrack.
Trump lo reconoció en esa entrevista radial de primavera, al señalar que si propones recortar la seguridad social “perderás las elecciones”.
Barrack, que es presidente ejecutivo de la firma de capital privado Colony Capital, dijo que “al final del día, alguien tendrá que decir que hay que elevar la edad de jubilación hasta dos años”.
Uno de esos 'alguien' —además de Barrack— podría ser el compañero de fórmula de Trump, el gobernador de Indiana, Mike Pence.
Pence, un conservador fiscal, ha dicho que “todo debe estar sobre la mesa” como una opción cuando se trata de poner la seguridad social en una base financiera más estable para el largo plazo. Cuando se le preguntó en 2010 si él elevaría la edad de jubilación, Pence dijo: “Soy un tipo de 'todas las opciones anteriores' . Tenemos que mirar todo el menú”.
Para 2034, la seguridad social solo tendrá suficientes entradas de ingresos para pagar el 79% de los beneficios prometidos, según las últimas estimaciones de los gestores de seguridad social.
Hay muchas maneras de volver solvente el programa para las próximas décadas, pero no hay un acuerdo universal sobre ninguna de ellas. Muchos demócratas prefieren aumentar los impuestos sobre la nómina en los hogares de altos ingresos, mientras que muchos republicanos prefieren reducir el crecimiento de los beneficios y aumentar la edad de jubilación.
Expertos no partidistas típicamente sugieren que será necesaria una amplia combinación de cambios para no sobrecargar indebidamente a ningún grupo y para proteger adecuadamente a las personas mayores contra la pobreza.
En cuanto al Medicaid y el Medicare, Trump ha dicho muy poco.
Pero su sitio web indica que estaría a favor de “bloquear la concesión” de Medicaid; lo cual prácticamente limita la cantidad de dinero que el gobierno federal daría para financiar los programas de Medicaid de los estados.
También ha dicho públicamente que el Medicare debería poder negociar los precios de los medicamentos.
Pero su estimación de que hacerlo ahorraría 300,000 millones de dólares el año es muy exagerada. Para empezar, es mucho más de lo que el gobierno realmente gasta en medicamentos recetados.
Y lo más importante, simplemente negociar precios de los medicamentos solo “ahorraría una cantidad insignificante para el gobierno federal”, según el Committee for a Responsible Federal Budget.