Donald Trump termina práctica de 'lista negra' de prensa
Donald Trump está terminando una práctica que la mayoría de los periodistas piensan que nunca debería haber comenzado: su “lista negra” de medios de comunicación.
Con efecto a partir de este jueves, la campaña de Trump dijo que aprobará las solicitudes de credenciales de prensa de The Washington Post, BuzzFeed, Politico, y otras organizaciones de noticias que fueron previamente bloqueadas por el magnate.
Un portavoz de la campaña confirmó el cambio el miércoles. Trump proporcionó una declaración insolente a CNN sobre la restauración de las credenciales: “¡Imagino que no me pueden tratar peor!”.
Los líderes de algunas de las redacciones afectadas se mostraron contentos de oír sobre el cambio, pero dijeron que no debería haber sido necesario en absoluto.
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“El acceso a los eventos de la campaña presidencial de un partido importante no debería ser un favor que se concede o se deniega”, dijo la editora de Politico Susan Glasser.
“Es importante recordar que esta era una política absurda para empezar y un peligroso precedente establecido para cualquier campaña”, dijo el editor senior de política de Huffington Post Sam Stein.
Varios asistentes de Trump, entre ellos la jefa de campaña Kellyanne Conway, habían estado presionando tras bambalinas para relajar las restricciones contra el Post y otras organizaciones de noticias.
El compañero de fórmula de Trump, Mike Pence, dijo hace cinco semanas que estaba revisando el tema.
La llamada “lista negra” comenzó el año pasado, cuando la campaña de prensa negó solicitudes de credenciales a The Huffington Post y a Des Moines Register.
Las solicitudes de credenciales de The Daily Beast, BuzzFeed y Politico también fueron rechazadas por la campaña. En varios puntos Univision también ha sido bloqueado.
Trump aparentemente formalizó las prohibiciones en junio pasado, cuando anunció que había revocado las credenciales del Post.
En agosto amenazó con añadir al New York Times a la lista, pero no lo cumplió.
En la mayoría de los casos, los reporteros de los medios infractores aun así podían asistir a los mitines públicos de Trump como miembros del público en general, pero sin el acceso y los privilegios que las credenciales de prensa proporcionan.
Algunos periodistas lo tomaron como una insignia de honor. Pero el rechazo de medios de comunicación particulares era preocupante, dijeron algunos defensores de la libertad de prensa, debido a los posibles efectos y precedentes de intimidación.
Al reconocer la polémica mediática, y tal vez disfrutando de ella, Trump dijo en junio que si era elegido presidente, no prohibiría a los medios de comunicación en la sala de prensa de la Casa Blanca.
Últimamente, las prohibiciones eran cada vez más difíciles de cumplir. Un nuevo grupo de medios impresos que cubrían a Trump fue establecido a finales de agosto, e incluía a varios medios de la lista negra.
Los jefes de tres medios impresos —Zeke Miller de la revista Time, Maggie Haberman y Ashley Parker de The New York Times— argumentaron que los candidatos no deberían poder escoger a los miembros de una rotación de medios, dijo una fuente con conocimiento de la materia.
Por otra parte, los medios de comunicación también han estado presionando por un mayor acceso a Trump, citando la decisión de la campaña de Clinton de que algunos reporteros viajen en el avión de Clinton.
Incluso con el cambio de esta semana, es probable que Trump continúe atacando a los medios de comunicación.
Su campaña de 15 meses de duración se ha duplicado como una campaña contra los medios de comunicación. Rutinariamente él pinta a los medios de comunicación y a los periodistas como oponentes.
Dylan Byers contribuyó a este reportaje.
