Moody’s eleva riesgo de salida EU de TLCAN; JP Morgan ve poco impacto
Los mercados tomaron favorablemente el fin de la cuarta ronda de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) pero la evidencia de mayores discrepancias entre los miembros hace pensar a agentes del sector privado, como calificadoras y bancos, que la posibilidad de una salida de Estados Unidos de ese acuerdo es posible.
Por ejemplo, la agencia de calificación crediticia Moody’s Investors Service, una de las tres mayores a nivel mundial, dijo que la probabilidad de que Estados Unidos abandone el tratado, es cada vez mayor aunque todavía se mantiene baja.
Jaime Reusche, vicepresidente y oficial crediticio senior de Moody’s para Latinoamérica, dijo que las negociaciones que actualmente realizan Canadá, Estados Unidos y México, los tres socios de TLCAN desde hace más de dos décadas, experimentan un mayor “ruido político” que muy probablemente continuará por más tiempo.
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“Nuestro escenario base incorpora la probabilidad aún baja --pero cada vez mayor-- de que los Estados Unidos se retiren del tratado”, dijo Reusche, quien también es analista para México, en un comentario publicado este jueves por la calificadora. “Seguimos pensando que habrá un acuerdo del TLCAN hacía finales del primer trimestre de 2018”.
El especialista de la agencia añadió que la complejidad de las negociaciones está reflejada en la calificación crediticia de México, que actualmente está en ‘A3’ con perspectiva negativa.
Durante la cuarta ronda de negociación, que concluyó el 17 de octubre en Washington, DC, los tres países socios en TLCAN reconocieron que han tenido problemas para llegar a acuerdos.
El principal obstáculo, dijeron, está en algunas propuestas duras llevadas a la mesa por Estados Unidos, tales como incorporar un mínimo de 50% de contenido estadounidense en los autos producidos en la región, así como desechar el capítulo de resolución de controversias y proponer una cláusula de temporalidad que obligaría a someter a renovación el acuerdo cada cinco años.
Esta negociación fue ordenada por el presidente Donald J. Trump, quien considera que el TLCAN es injusto para su país y al mismo tiempo es responsable de la pérdida de millones de empleos en su país, por lo que busca cambiar las reglas para reducir el déficit con sus vecinos del norte y sur.
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nullDe ahí que algunos analistas comienzan a considerar otros escenarios que no sean una negociación exitosa, lo que genera ajustes menos optimistas para los pronósticos de Norteamérica.
Por ejemplo, los especialistas del banco de origen estadounidense JP Morgan escribieron en un reporte que si bien su escenario más probable contempla la firma de un acuerdo, “las renovadas tensiones en la ronda cuarta de la negociación nos obligaron a replantear nuestros escenarios alternativos ”.
Así, la institución financiera contempla dos escenarios alternos en la negociación: el ‘adverso’, en donde se extiende la negociación por un periodo largo de tiempo generando incertidumbre y resulta en un acuerdo con modificaciones parciales y no tan favorecedor; y otro calificado como ‘severamente adverso’ en donde se termina el acuerdo.
“Dado el endurecimiento de las posturas de todas las partes involucradas, estos escenarios alternativos tienen resultados completamente negativos y asumimos que su principal canal de transmisión será un shock a la demanda agregada, que golpeara a la inversión”, escribieron los economistas de JP Morgan. “Nuestro escenario base sigue siendo uno en el que el TLCAN 2.0 es una actualización bienvenida, que favorezca la región. . . que mantiene el mecanismo de resolución de conflictos y que México logra progresos en energía y telecomunicaciones”.
En ambos escenarios se asume que la fluctuación del tipo de cambio absorbería gran parte de los efectos adversos y que prevalecerían las reglas comerciales de la Organización Mundial del Comercio en las relaciones de las tres partes.
De cualquier forma será “un viaje lleno de altibajos”, añadieron los analistas de JP Morgan, debido a que hay muchos factores que podrían afectar la negociación, incluyendo los proceso electorales que México y Estados Unidos enfrentarán en sus países el próximo año, por lo que es difícil predecir el resultado y los posibles efectos, especialmente en el corto y mediano plazo.