Los desastres naturales, un reto para la estabilidad económica en México
Los desastres naturales afectan la estabilidad económica en México debido a los impactos que tienen sobre el consumo y el bienestar de la población, reveló el Banco Mundial.
El estudio ¿Desarrollo económico inestable? Choques agregados en América Latina y el Caribe, publicado por el organismo este miércoles, considera que los hogares más vulnerables son los que corren más riesgo al enfrentarse con estas situaciones.
“Debido a la volatilidad en el consumo, podría bastar solo un desastre para que los hogares vulnerables caigan por debajo de la línea de pobreza o para que vuelvan a hundirse en una pobreza aún mayor”, señaló el documento elaborado por Javier Báez, Alan Fuchs y Carlos Rodríguez-Castelán.
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El Banco Mundial destacó que algunos hogares tienen la capacidad de recuperarse rápidamente luego de un desastre natural, pero que “puede tomar mucho más tiempo” para las poblaciones vulnerables debido a que deben recurrir a mercados de crédito y de seguros, ahorros, activos líquidos y otros mecanismos de distribución de riesgos informales para salir adelante.
Los desastres naturales también afectan los niveles de consumo entre esta población, destacó el estudio:
“Ante la ausencia de seguros completos, los hogares vulnerables solo consiguen proteger parcialmente su consumo ante los choques negativos sobre sus ingresos ocasionados por los grandes desastres”.
El Banco Mundial urgió a afrontar los riesgos tomando en cuenta las fallas de mercado y las externalidades sociales y económicas (efectos indirectos que pueden ser positivos o negativos), así como a generar modelos fácilmente escalables que beneficien a la población que vive en mayores condiciones de precariedad.
El estudio destacó que en México los pobres tienen casi tres veces más posibilidades de ser afectados por algún desastre natural en términos de pérdida de vivienda, cultivos y ganadería, frente a las personas en situación de vulnerabilidad o de clase media.
Agregó que los hogares del 40% más pobre en México tienen cuatro veces más probabilidades de reportar haber sido afectados por un choque sistémico en comparación con los hogares del 20% superior.
