El desempleo de afroamericanos en EU baja, pero es insuficiente

La tasa de desempleo entre los trabajadores afroamericanos nunca ha sido menor, otra señal de la fortaleza de la economía.

Aún así, en 6.8%, el desempleo entre los afroamericanos sigue siendo muy superior a la tasa de los blancos, en 3.7%. Esa disparidad está profundamente arraigada y sigue siendo motivo de preocupación entre economistas y defensores de derechos.

Tomemos como ejemplo Columbia, Missouri. Durante mucho tiempo ha tenido una de las tasas de desempleo más bajas del país. Ahora ha bajado al 2.5%, pero el desempleo afroamericano es mucho más alto. En 2016, el último año para el cual están disponibles los datos de la Oficina del Censo, el desempleo afroamericano se ubicó de manera local en 8%.

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Mike Matthes, el administrador de la ciudad de Columbia, es muy consciente del problema. Los afroamericanos constituyen el 10% de la población de Columbia.

“Creamos los empleos, pero nunca nos preocupamos por cómo hacerlos llegar a las personas que más los necesitan”, dijo Matthes.

Para tratar de reducir la brecha, Columbia ha trabajado para conectar a las personas desempleadas con los empleos. La ciudad envía patrullas de policías con una aplicación en sus teléfonos que puede colocar a las familias en dificultades en una base de datos de empleadores. Matthes ha pedido a los empleadores que se están expandiendo en el área, como Aurora Organic Dairy, que se aseguren de que su nueva fuerza laboral se adapte a la diversidad de la ciudad.

“No pestañearon”, dijo Matthes. Una portavoz de Aurora dijo: “Planificaremos hacer nuestro mejor esfuerzo para contratar empleados calificados que reflejen la comunidad de Columbia, lo que incluiría diversidad racial y de género”.

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Los proyectos de Columbia reflejan el mayor desafío de garantizar que las personas de color, que sufrieron de manera desproporcionada durante la Gran Recesión, tengan su parte equitativa en una economía que parece estar ganando fuerza.

La brecha racial de desempleo es una característica perdurable del mercado laboral estadounidense, ya que el promedio de afroamericanos desempleados es aproximadamente el doble de la tasa de blancos. La brecha fue peor a fines de los años ochenta y desde entonces ha mejorado levemente en promedio, pero la tasa de desempleo en blancos sigue siendo solo el 54% de la tasa entre los afroamericanos. (El promedio es 4.1%)

Los académicos atribuyen la disparidad a una combinación de factores: discriminación por contratación, menor nivel de educación y una mayor tasa de personas con antecedentes penales, a quienes se les prohíbe ocupar muchas posiciones.

Ha habido una mejora en los últimos años. En 1990, solo el 11.3% de los afroamericanos tenía títulos universitarios de cuatro años, en comparación con el 22% entre los blancos, según datos del censo. En 2017, esas cifras habían aumentado a 24% y 34.5%, respectivamente.

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Aún así, la brecha de desempleo racial no ha disminuido mucho. Una razón, dicen los expertos, es que los solicitantes de empleo blancos y afroamericanos todavía reciben un trato diferente. Muchos estudios, que generalmente evalúan las reacciones de los empleadores a currículum vitae similares con nombres blancos y afroamericanos, han documentado esta disparidad. Un metaanálisis de los estudios de 2017 encontró que el tratamiento desigual ha permanecido constante durante los últimos 25 años.

“Creo que el tipo de sesgos que impulsan la discriminación son muy resistentes y no han cambiado mucho”, dijo Lincoln Quillian, sociólogo de la Universidad de Northwestern, quien realizó el metaanálisis y cree que la capacitación en diversidad corporativa no ha sido muy efectiva.

“Hubo un periodo de recuperación entre los afroamericanos que ocurrió en las décadas de 1950 y 1960 después del movimiento por los derechos civiles”, dijo Quillian. “Pero después de eso, ha habido mucha más estabilidad que cambio”.

Muchos empleadores continúan prácticas que, aunque no son explícitamente discriminatorias, tienden a poner en desventaja a las personas que buscan empleo, dijo Quillian. Permitir a los ejecutivos contratar a través de sus redes, en lugar de entrevistar a varios solicitantes para cada puesto, a menudo excluye a las personas de color. Los sistemas basados en la antigüedad pueden ser particularmente duros sobre diversas contrataciones, especialmente cuando la economía se debilita nuevamente.

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“Eso tiende a funcionar en contra de los afroamericanos, que son los últimos en beneficiarse de un fuerte crecimiento económico”, dice Valerie Wilson, vicepresidenta del Economic Policy Institute. “Una vez que las cosas cambian, son los primeros en ser despedidos”.

La obstinada disparidad, dice Quillian, subraya la continua relevancia de los programas de acción afirmativa en muchos campos. Otros estudiosos recomendaron programas de trabajo creados por el gobierno para garantizar que las personas no salgan de la fuerza laboral si el sector privado no los contrata.

Algunas jurisdicciones han prohibido a los empleadores que pregunten previamente acerca de las condenas penales previas de un solicitante, a fin de asegurarse de que no sean discriminados.

Además de la brecha laboral, los trabajadores afroamericanos todavía ganan menos ingresos y poseen solo el 15% de la riqueza media de las familias blancas, de acuerdo con la Reserva Federal.

Para Marc Morial, presidente de la National Urban League, las noticias sobre la tasa de desempleo fueron solo un pequeño alivio.

“Cuando lo vi bajar por debajo de 7, parcialmente exhalé”, dijo Morial. “Pero el hecho es que aunque estamos contentos de que la gente esté trabajando, sus cheques de pago no compran lo que solían comprar. Y eso tiene que ser parte de cualquier conversación”.

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Matthes, en Columbia, Missouri, también es consciente de ese problema.

Columbia tiene una de las tasas de desempleo más bajas de la historia, pero la pobreza en la ciudad sigue siendo alta, a menudo para las personas que ya mantienen un empleo. Le preocupa lo que podría suceder si la economía se estanca de nuevo, especialmente para aquellos que están al margen del mercado laboral.

Para ayudar a generar ingresos, Matthes estaría a favor de aumentar el salario mínimo a nivel local, pero el estado de Missouri, donde el salario mínimo es de 7.85 dólares, impide que las ciudades lo hagan.

“Lo que hemos aprendido muy lentamente es que nuestras decisiones crean pobreza”, dijo. “Puede que ganes algo de terreno, pero no es permanente”.