El plan de presupuesto de Trump pide fondos para muro e infraestructura
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, publicó este lunes su segundo plan presupuestario, en un intento por cumplir con sus promesas de aumentar el gasto militar solicitando fondos para infraestructura, la construcción de un muro en la frontera con México y para combatir la epidemia de abuso de opioides.
"Después de gastar estúpidamente 7 billones de dólares en Oriente Medio, es hora de empezar a invertir en NUESTRO país", tuiteó el presidente este lunes.
"Esta será una gran semana para la infraestructura", agregó en la red social.
El plan de presupuesto de 4.4 billones de dólares, que generalmente es considerado como una lista de sugerencias por parte del Congreso, probablemente será criticado por los conservadores, preocupados de que los republicanos estén adoptando un gasto deficitario.
La propuesta para el año fiscal 2019 incluye 200,000 millones de dólares para el gasto en infraestructura y más de 23,000 millones de dólares en seguridad en la frontera y refuerzos migratorios. También considera 716,000 millones de dólares para gastos de programas militares y mantenimiento del arsenal nuclear.
En una apuesta para mostrar a los conservadores que el gobierno está adoptando cierta disciplina fiscal, el plan recomienda recortes en gastos no militares que podrían rebajar el déficit presupuestario federal en 3 billones la próxima década.
Los presupuestos presidenciales a menudo son ignorados por el Congreso, que tiene la autoridad constitucional para decidir los niveles de gasto.
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La solicitud de presupuestos va al Congreso tan solo días después de que Trump firmase un acuerdo bipartidista de gasto forjado por legisladores que aumentará el gasto doméstico en 300,000 millones de dólares en dos años - incluyendo 165,000 millones de dólares en gasto para defensa y 131,000 millones de dólares en gasto doméstico de carácter no militar.
El presupuesto también buscará unos 13,000 millones de dólares en nuevos fondos durante los próximos dos años para combatir la epidemia de los tratamientos con opioides.
El plan del gobierno incluirá una serie de pronósticos económicos para Estados Unidos que se espera estén basados en la expectativa de un crecimiento acelerado del PIB en el futuro cercano, lo que es clave para ayudar a cubrir el costo de 1.5 billones de dólares de la reforma tributaria aprobada por el Congreso en diciembre.
La propuesta de Trump apunta a estimular contribuciones por 1.3 billones de dólares por parte de estados y empresas para modernizar carreteras, puentes y aeropuertos que Trump considera que están deplorable estado.
Funcionarios de la Casa Blanca dicen que el programa implica un retorno a las prioridades nacionales y que 50,000 millones de dólares serán volcados a modernizar la infraestructura de áreas rurales, muchas de las cuales fueron cruciales para darle la victoria a Trump en las elecciones de 2016.
Además, el plan busca eliminar barreras burocráticas a la construcción como inspecciones de seguridad ambiental y la necesidad de obtener permisos de varios organismos del Estado, dijo la Casa Blanca.
Se incluyen en el programa unos 100,000 millones de dólares para incentivar inversiones de estados, localidades y empresas privadas.
También este lunes, el gobierno de Estados Unidos debe empezar el tortuoso proceso de ajustar el presupuesto federal de 2019 cuando recientes recortes de impuestos y compromisos de gastos generan el riesgo de un mayor endeudamiento.
Ahora será el Congreso el que debatirá el programa de infraestructura y el presupuesto. Se espera que Trump reciba esta semana a legisladores demócratas y republicanos para discutir esos temas.
¿Un plan sostenible?
El plan seguramente desatará críticas de quienes cuestionan que el gobierno gaste dinero al mismo tiempo que reduce impuestos y se vislumbran déficits.
El director de Presupuesto de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, dijo en cambio que el plan demuestra una adecuada administración de gastos.
"Como a cualquier familia estadounidense, el presupuesto ofrece opciones: gastos que debemos hacer, recortes en lo que podamos y reducción de lo que pedimos prestado", declaró Mulvaney el sábado.
Sin embargo Mickey Levy,economista jefe de Berenberg Capital Markets, dijo que el programa coloca a Estados Unidos en un sendero insostenible.
Indicó que legislación presupuestal agrega gastos al gobierno federal cuando crecen los ingresos fiscales pero los déficits ya son altos y la deuda "es incómodamente alta y creciente", dijo en una nota.
"En este contexto, es fiscalmente irresponsable" aumentar los gastos, afirmó.