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La riesgosa propuesta de Trump sobre imponer aranceles al aluminio y acero

Si el presidente Trump impone tarifas sobre las importaciones de estos metales habría consecuencias negativas sobre la industria y la economía, dicen expertos.
mié 21 febrero 2018 06:39 AM

Las duras propuestas del gobierno estadounidense de Donald Trump para imponer fuertes aranceles a las importaciones de acero y aluminio impulsarían a un sector decadente de los negocios estadounidenses.

El problema es que probablemente tendrían consecuencias involuntarias que podrían dañar la economía.

El Departamento de Comercio envió el viernes varias recomendaciones al presidente Trump, que incluyen aranceles generales y sanciones más duras contra ciertas naciones que venden acero y aluminio en EU . Trump tiene hasta abril para decidir.

Ambos metales son una materia prima crucial de automóviles, aviones y electrodomésticos fabricados en Estados Unidos. Las industrias de construcción, petróleo y servicios públicos los utilizan para fabricar vigas, tuberías y cables, así como también para latas de alimentos y bebidas.

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Las importaciones representan aproximadamente un tercio de los 100 millones de toneladas de acero utilizadas por las empresas estadounidenses cada año, y más del 90% de los 5.5 millones de toneladas de aluminio utilizadas en el país. Durante años, las importaciones han causado problemas y han provocado el cierre de plantas en las industrias de acero y aluminio de Estados Unidos.

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No está claro cuánto caerán las importaciones si Trump impone los aranceles. Tampoco está claro si las siderúrgicas estadounidenses y las fundidoras de aluminio pueden aumentar la producción lo suficiente como para igualar el suministro extranjero que se perdería.

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El American Iron and Steel Institute, el grupo comercial de los fabricantes de acero, aplaudió los aranceles propuestos y dijo que las plantas acereras nacionales podrían aumentar la producción lo suficiente como para cerrar la brecha. Pero los expertos cuestionan esa afirmación.

Señalan que las importaciones representan demasiada porción del mercado para que algunos productos, como tuberías y tubos de acero, tengan fábricas nacionales que lo compensen. Y una planta siderúrgica que fabrica un tipo de producto de acero —como el acero en láminas utilizado en la carrocería de un automóvil— no puede ser transformada fácilmente para fabricar otro tipo de producto de acero, como ductos o tuberías.

“Hay una necesidad de ese material importado”, dijo Philip Gibbs, analista de metales de KeyBanc Capital Markets. “En sitios como el sector petrolero, que usa ductos y tuberías, definitivamente se resentiría. Sería necesario resucitar muchas fábricas que han cerrado en los últimos tres o cuatro años. Se requeriría de mucho capital hacer eso”.

El Departamento de Comercio dice que 10 hornos que producen acero fundido, han cerrado desde 2000. Además, ocho fundidoras de aluminio han cerrado o reducido las operaciones desde el comienzo de 2015, según la Aluminum Association.

Incluso la asociación que representa a la industria nacional admite que cierta cantidad de aluminio debe ser importada.

La industria estadounidense del aluminio podría satisfacer más demanda de lo que hace hoy en día, pero no la totalidad de la demanda interna, dijo el portavoz Matt Meenan.

El grupo comercial de aluminio es cauteloso sobre los aranceles propuestos. Dice que deberían estar dirigidos a China, pero no a Canadá o la Unión Europea.

Las importaciones de aluminio de esos países respaldan los empleos estadounidenses en el sector aluminio, dijo el grupo comercial, porque son una parte importante de las operaciones comerciales de la industria estadounidense restante.

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Por lo tanto, las compañías estadounidenses aún necesitarían comprar acero y aluminio importados, incluso con los aranceles vigentes.

Y eso conduce a un problema para la economía en general.

El acero y el aluminio importados serían más caros debido a los aranceles. Y el precio del acero y el aluminio domésticos también podría aumentar debido a las fuerzas del mercado. Eso significa que los fabricantes podrían verse obligados a aumentar los precios de los productos fabricados en Estados Unidos, como automóviles y electrodomésticos.

Y los automóviles, aviones y electrodomésticos hechos en Estados Unidos podrían terminar con muchas menos piezas hechas en Estados Unidos. Debido a que los proveedores nacionales de partes dependen del acero y el aluminio importados, podrían verse forzados a subir los precios y perder participación en el mercado frente a sus competidores extranjeros.

“Si impones aranceles, podrías pensar que estás haciendo un buen trabajo salvando empleos”, dijo Gibbs de KeyBanc. “Pero al final del día, la gente subcontratará los componentes y productos en el exterior”.

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Incluso algunos miembros del Congreso que tienen fábricas de acero o aluminio en sus estados están preocupados por los posibles aranceles. En una reunión de la Casa Blanca a principios de la semana pasada, tanto republicanos como demócratas pidieron cautela sobre las medidas comerciales sobre acero y aluminio.

“Señor presidente, creo que debemos ser cuidadosos aquí”, le dijo el senador Roy Blunt, republicano de Missouri, a Trump en una reunión en la Casa Blanca a la que se permitió la entrada de la prensa. “Fabricamos aluminio y fabricamos acero en Missouri, pero compramos mucho aluminio y también compramos mucho acero”.

“Debemos ser cuidadosos porque no queremos aumentar el costo para nuestros consumidores de todos estos productos de acero que entran en nuestra otra fabricación”, dijo el senador Rob Portman, un republicano de Ohio que se desempeñó como representante comercial de Estados Unidos durante el gobierno de George W. Bush.

Otra gran preocupación: los aranceles podrían desencadenar represalias. Otros países podrían imponer aranceles a las exportaciones estadounidenses.

“Creo que todos en esta sala apoyan el que usted responsabilice a China por su exceso de capacidad”, dijo el representante Kevin Brady, republicano de Texas. Pero dijo que el tipo de aranceles que Trump estaba considerando puede “hacer tanto daño como bien”.

Trump parecía decidido a tomar medidas sobre las importaciones, sin importar el costo para otras industrias.

“Lo veo de dos maneras: quiero mantener los precios bajos, pero también quiero asegurarme de que tenemos una industria del acero y una industria del aluminio”, dijo.

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