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Se acerca el fin del dinero barato en países desarrollados

Los principales bancos centrales podrían empezar a subir sus tasas de interés, con efectos para países como México.
jue 22 febrero 2018 06:01 AM
Ajustes Los bancos centrales de países desarrollados comienzan a relajar sus políticas monetarias. (Foto: Fotoarte: Anylú Hinojosa-Peña)

Nota del editor: Este artículo fue publicado el 1 de febrero, en la edición 1227 de la revista Expansión.

CIUDAD DE MÉXICO (Expansión) - ¿Qué tienen en común Japón, Estados Unidos y Alemania? Son economías que, en promedio, crecieron 2% los últimos dos años, tras periodos de alzas inferiores a 1%, tienen inflaciones menores a 2% y aplicaron políticas de tasas bajas para incentivar su expansión.

Un menor precio del dinero ha propiciado un mayor acceso al financiamiento por parte de su población: el crédito a las empresas en esos países se ubica en niveles de 45% del PIB, y el de los hogares, por arriba del 50%, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Pero las condiciones podrían cambiar. Ante el incremento del endeudamiento en algunas naciones y la búsqueda de rendimientos por parte de los capitales, los bancos centrales de esos países se plantean cambiar su política monetaria por una de menores estímulos al crecimiento.

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El aumento de las tasas de interés en las economías desarrolladas es un riesgo latente que puede terminar con el dinamismo del crecimiento económico global de 3.1% en 2017, según el Banco Mundial.

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Las principales afectadas serían las economías emergentes, en particular, de América Latina, advirtió recientemente la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

La política de tasas bajas tiene su origen en la crisis de 2008 originada en Estados Unidos, como una medida para incentivar el crecimiento económico. Aquel año, la Reserva Federal colocó su tasa de interés en 0%. Ocho años después, fue el primer banco central en subirla. En diciembre se ubicó entre 1.25 y 1.50% después del último incremento en diciembre de 2017. El banco central dejó abierta la posibilidad de tres ajustes más en 2018.

Posterior a ese aumento por parte de la Fed, el Banco Central de China subió su tasa de interés, aunque sólo cinco puntos base. El Banco de Inglaterra hizo lo propio en noviembre, después de no incrementar el precio del dinero en 10 años, y el Banco Central Europeo redujo sus compras de bonos, otra medida de estímulo.

Sin embargo, instituciones como el FMI y la Cepal alertaron sobre los riesgos que ello conlleva, además, para el crecimiento económico, en el ‘Informe sobre la estabilidad financiera mundial’.

“En el ámbito financiero, se presenta incertidumbre por la normalización de las condiciones monetarias que han venido implementando la Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco Central Europeo y el Banco de Japón”, afirmó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, en una conferencia en diciembre.

Efecto mariposa

El incremento en las tasas de las principales economías propiciará volatilidad y afectará a mercados emergentes, como México, pues los capitales se irían a donde hay un mayor nivel de rendimiento y mayor seguridad, dice Martín Castellano, subdirector del Departamento de América Latina del Instituto de Finanzas Internacionales.

Por ello, México ha seguido a la Fed en el incremento de tasas desde 2015, para así no perder atractivo frente a los inversionistas. Sin embargo, el año pasado se sumó otra razón. “El país necesitaba mantener los diferenciales en tasas y evitar la salida de capitales. Luego, a partir de 2017, el aumento en las tasas fue para controlar la inflación, explica Carlos González, director de Análisis de Monex.

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El riesgo es que un mayor incremento en las tasas puede tener efectos negativos en el consumo y la inversión.
A mediados de 2017, la expectativa de los analistas era que comenzara a bajar el precio del dinero en México –que llegó a 7.25% en diciembre– a fines de ese año o a principios de éste.

Sin embargo, esa posibilidad se ve más lejana ante una inflación que no cede y se aproxima al 7%, y la posibildad de que la Fed decida subir su tasa de referencia en tres ocasiones este año.

“Para 2018, la fuerza en que baje la inflación y el desenvolvimiento de los eventos de riesgo definirán si Banxico podrá separarse de la Fed”, afirma James Salazar, analista de CIBanco.

Será entonces cuando sea posible saber si habrá una baja en tasas como se había anunciado hasta noviembre.

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