Una propuesta de Trump al sector automotriz puede abrir la puerta al caos
NUEVA YORK - La propuesta del gobierno estadounidense de Donald Trump de reducir los estándares de ahorro de combustible y de emisiones automotrices parece, en la superficie, como un regalo apreciado para la industria automotriz. Pero se asemeja más a que los reguladores federales simplemente le han obsequiado una caja de caos.
El mejor resultado serán negociaciones serias para alcanzar un nuevo conjunto de estándares en los que todos estén de acuerdo. Pero lo más probable es un largo periodo de incertidumbre. Y esto, en el momento en que la industria automotriz está invirtiendo miles de millones de dólares en descubrir su futuro camino; uno que gira en torno a los vehículos eléctricos, la conducción autónoma y un gran retroceso desde los combustibles fósiles.
Los automóviles tardan años en ser concebidos, diseñados, creados y probados. La industria requiere previsibilidad y horizontes a largo plazo. Los requisitos que puedan cambiar drásticamente a intervalos impredecibles pueden ser mucho peores que reglas que sean algo exigentes como las implementadas por el presidente Barack Obama en 2012.
Rebecca Lindland es analista de la industria para Kelley Blue Book y estuvo involucrada en una revisión de los estándares en la época de Obama. Incluso entonces, ella sentía que cierta flexibilización de los estándares estaba justificada, dijo.
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El problema con los aumentos en el ahorro de combustible previstos en el plan de Obama era que se basaban en la expectativa de una mayor demanda de los consumidores por automóviles híbridos y eléctricos que la que realmente se materializó. Además, los compradores de automóviles han mostrado una demanda aún mayor de SUV que nadie esperaba.
“Me gustaría ver un alivio gradual y menos disruptivo de los estándares de ahorro de combustible”, dijo Lindland. La nueva propuesta sin duda engendrará peleas amargas, dijo.
La propuesta del gobierno de Trump básicamente revertiría los requisitos de Obama. Los cambios propuestos congelarían los estándares de ahorro de combustible y de emisiones a los niveles de 2020 y cambiarían la forma en que las emisiones son reguladas.
John Graham de la Universidad de Indiana, quien trabajó en las regulaciones de ahorro de combustible durante el gobierno de George W. Bush, dice que algunas automotrices agradecerían el enfoque agresivo del gobierno de Trump. Para los fabricantes de automóviles que están más retrasados en el cumplimiento de los estándares de la era Obama, cualquier aplazamiento sería visto como una ayuda.
“Incluso si el gobierno pierde, podrían terminar teniendo un retraso en todo este programa”, dijo.
Los requisitos de ahorro de combustible y de emisiones automotrices son un conjunto complejo de retazos normativos. El ahorro de combustible está regulado por la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA, por sus siglas en inglés).
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Las emisiones de los tubos de escape, sin embargo, están reguladas a nivel federal por la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés). California también regula las emisiones del tubo de escape en su estado, y más de una docena de otros estados siguen su ejemplo.
Esa extraña combinación de regulaciones funcionó bien, más o menos, durante años. Eso fue hasta que, en 2007, los tribunales dictaminaron que la EPA debería regular las emisiones de dióxido de carbono.
El dióxido de carbono, que causa el calentamiento global, es diferente de otros contaminantes automotrices en que simplemente no hay forma de reducir más allá de reducir la cantidad de combustible quemado. Eso colocó a la EPA en la posición de, básicamente, regular el ahorro de combustible.
California también quería regular las emisiones de C02. Eso creó la posibilidad catastrófica, para la industria automotriz, de tener tres conjuntos de requisitos de ahorro de combustible en conflicto entre sí. La respuesta, impulsada a través de las negociaciones entre NHTSA, la EPA, California y la industria automotriz, fueron los estándares sobre emisiones y ahorro de combustible anunciados en 2012.
Además de suspender futuros aumentos en los requisitos de ahorro de combustible, el gobierno de Trump también quiere quitarle el derecho a California de establecer sus propios estándares de emisiones de vehículos. Esta será la mayor fuente de conflicto.
Aunque los fabricantes de automóviles individuales aún no han hecho ningún comentario sobre la propuesta, los grupos industriales más grandes, Auto Alliance y la Association of Global Automakers, manifestaron su deseo de un acuerdo negociado rápidamente.
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“Con la publicación de hoy de las propuestas del gobierno, es hora de que comiencen las negociaciones sustanciales”, dijeron los grupos en una declaración conjunta.
“Urgimos a California y al gobierno federal a que encuentren una solución de sentido común que establezca aumentos constantes en los estándares de eficiencia de los vehículos y que al mismo tiempo satisfaga las necesidades de los conductores de Estados Unidos”.
Mientras tanto, las automotrices probablemente continuarán aumentando el ahorro de combustible de sus nuevos vehículos, dijo Carla Bailo, directora del Center for Automotive Research, con sede en Michigan.
Por un lado, las empresas ya han invertido tiempo y dinero en el diseño de vehículos más eficientes. Los consumidores han sido entrenados, a través de años de mejoras en el ahorro de combustible, para esperar un mejor kilometraje en cada vehículo nuevo que compran.
Además, los principales fabricantes de automóviles son compañías globales y, en otras partes del mundo, las normas sobre emisiones continúan elevándose. Las automotrices no se atreven a detener su camino; no importa lo que diga el actual gobierno en Washington.
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