¿Recesión o rebote?
Los riesgos de recesión disminuyeron en la segunda mitad de 2019, pero la expansión de mayor duración en la historia de Estados Unidos tendrá que llegar a su fin en algún momento. Después de una boyante tasa de crecimiento anualizada del PIB de 3.1% en los primeros tres meses del año, la economía se desaceleró a una tasa de 2% y 2.1% en los trimestres posteriores.
Se espera que el crecimiento económico se desacelere aún más en 2020. Al mismo tiempo, se espera que la manufactura global supere su punto más bajo. El sector se ha visto afectado por la guerra comercial, tanto a nivel mundial como en Estados Unidos, que pesó sobre la demanda y los precios de los materiales. Pero los datos han comenzado a mejorar, lo que podría ayudar a las acciones a subir. “El mejor entorno para las acciones es cuando el ISM [índice de manufactura] se ha deteriorado y ha caído por debajo de 50, pero luego revierte el curso y comienza a mejorar”, dijo Jonathan Golub, director de estrategia de renta variable estadounidense de Credit Suisse.
Un repunte en el comercio mundial y una reducción en la incertidumbre política podrían darle a este mercado un impulso adicional. Los economistas de Morgan Stanley esperan que el crecimiento global mejore a comienzos de 2020, a pesar de que esperan que la recuperación sea apagada.
Elecciones presidenciales
Las elecciones presidenciales de Estados Unidos son hasta noviembre, pero es un riesgo político que los inversores vigilarán. Mucho depende de cuál sea el candidato demócrata que desafíe al presidente Donald Trump. Un demócrata más moderado podría reducir la incertidumbre política, dijeron los analistas de BofA.
Un candidato claramente inclinado hacia la izquierda podría representar riesgos para sectores específicos, así como para el equilibrio fiscal del país. La contendiente demócrata Elizabeth Warren, por ejemplo, propuso prohibir totalmente el fracking. Wall Street está seguro de que un gobierno de Warren sería malo para las compañías de energía. Al mismo tiempo, Warren también podría ser mala para los negocios de banca y firmas de inversión.
“Esperaría que se desarrollara y se afianzara una percepción de riesgo alto para fines del verano o principios del otoño antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, a medida que los que los inversores se enfocan pronunciadamente en el riesgo político”, dijo John Herrmann, economista y director de estrategia de tasas de interés de MUFG. Mientras tanto, los inversores se preguntan qué pasaría con el estímulo fiscal en el próximo gobierno. Por ejemplo, los recortes de impuestos de Trump en 2017 impulsaron la economía y el mercado de valores en 2018, pero sus efectos se han desvanecido ahora.