El Producto Interno Bruto (PIB) nacional acumula cinco trimestres consecutivos sin registrar crecimiento.
La última vez que el PIB mexicano se contrajo fue en el año 2009, cuando el mundo padecía los efectos de la crisis hipotecaria en Estados Unidos. En ese año, la segunda mayor economía latinoamericana sufrió una contracción anualizada del 5%, según datos de Eikon Refinitiv.
Al interior del PIB, la actividad industrial cayó un 1% en el cuarto trimestre, mientras que las actividades primarias cayeron un 0.9% y los servicios y el comercio avanzaron un 0.3% frente al trimestre previo, señaló el INEGI.
Los resultados, cuyos valores definitivos serán dados a conocer a fines de febrero, podrían alentar al banco central a seguir recortando la tasa de interés de referencia, actualmente en 7.25%, luego de cuatro bajas consecutivas de 25 puntos base cada una.
Gabriela Siller, directora de Análisis Económico-Financiero de Banco BASE, comentó este jueves en un reporte que a diferencia de hace una década, la contracción de la economía el año pasado se debió a factores internos asociados al cambio de gobierno por la incertidumbre en el sector empresarial y la lenta ejecución del gasto público.
"No se trató de un choque en algún sector de la economía que se contagiara al resto como en otros periodos de estancamiento o recesión, sino que es un deterioro gradual en la confianza de los agentes económicos que se tradujo en menor inversión y producción industrial, lo que a su vez impactó en una menor creación de empleo que en años previos y un estancamiento del consumo", señaló.
El presidente Andrés Manuel López Obrador había prometido desde su campaña electoral impulsar un crecimiento de la economía a un ritmo del 4% anual, pero en 2019 ajustó la cifra de ese año a un 2% y desestimó las rebajas de pronósticos de organismos multilaterales y agencias calificadoras.