“Eso abrió una ventana de oportunidades únicas en la vida para los inversionistas estratégicos a largo plazo de China”, dice Alfredo Arahuetes, profesor de economía internacional en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. “Los compradores chinos están encontrando buenos activos a precios bastante convenientes. Y esta tendencia probablemente continuará en los próximos años”.
El mes pasado, la eléctrica china State Grid alcanzó un acuerdo para adquirir el control de una empresa de redes eléctricas en Chile. La operación —valorada en 4,300 millones de euros, incluida deuda— fue la mayor adquisición china de una empresa extranjera en el año. State Grid también completó la compra de los activos de Sempra Energy en Chile a principios de 2020.
En México, la estatal China Power Investment compró la mayor compañía independiente de energía renovable del país, Zuma Energía. Otro gigante energético estatal, China Three Gorges, había adquirido anteriormente las operaciones de Sempra en Perú por casi 3,600 millones de dólares.
Las empresas chinas tienen la potencia de fuego para invertir en importantes empresas latinoamericanas que requieren grandes cantidades de gasto de capital, afirma Antony Hung, responsable de la región Asia-Pacífico de Banco Santander. “Las compañías chinas ven las fusiones y adquisiciones en América Latina como el comienzo de un proceso mucho más grande”, añade. “El verdadero juego final es invertir en esos activos y aumentar el valor para todos los interesados a largo plazo”.