La vacuna del COVID es la esperanza de México, pero su aplicación genera dudas

Medios nacionales, regionales y locales, así como líderes de opinión de todos los sectores, incluyendo figuras públicas digitales, fueron los que dominaron la conversación, con más del 77% de las menciones, acumulando casi el 50% de las publicaciones positivas. Llama la atención que no hay bots en la conversación y los trolls son un porcentaje poco representativo.

En lo que se refiere a la opinión pública y la opinión pública informada, que representan el 22.5% de la conversación, la actitud positiva del 11.6% apenas está por encima de la negativa, con un 11%. Cuando analizamos solo a la opinión pública, resulta que “el pueblo” tiene dudas sobre algunos conceptos relacionados con la vacuna y el proceso de vacunación.

Las principales líneas discursivas positivas se relacionan con el respaldo de la población a las medidas sanitarias durante el proceso de vacunación, a los anuncios del presidente de México en relación con la garantía de que habrá suficientes vacunas, al anuncio de que México fue el primer país en Latinoamérica que autorizó el uso de la vacuna y a la percepción de confianza hacia la vacuna de Pfizer/BioNTech.

Por su parte, la principal línea discursiva negativa fue la sensación de desconfianza ante los posibles efectos secundarios que puede causar la vacuna, incluyendo los efectos que tendrá en la economía el alto costo de la compra, distribución y aplicación. Esta preocupación es tan relevante que su nivel de discusión está al mismo nivel que la más importante de las líneas positivas.

En las últimas semanas, han venido creciendo temas los cuestionamientos a la capacidad del gobierno de garantizar la vacunación a toda la población, al uso electoral de la vacuna —propiciado por la priorización de su aplicación a los llamados “siervos de la nación” en lugar de a los médicos—, y a la incertidumbre sobre el proceso y la disponibilidad de la vacuna para toda la población.

Cuando analizamos la participación de la discusión de las principales vacunas del mercado (un concepto llamado 'share of voice'), resulta que la ganadora, por mucho, es la de Pfizer/BioNTech, con más de 300,000 menciones en el periodo de estudio. Le sigue la vacuna rusa Sputnik, con 180,000, que ganó popularidad en los últimos días por la llamada de López Obrador a Putin, donde presuntamente se negoció su aplicación en México. Y en un lejano tercer lugar se encuentra AstraZeneca, la apuesta de Slim, con 40,500 menciones.

En un estudio anterior realizado por Metrics, la actitud hacia la vacuna de Pfizer/BioNTech está arriba del 80% positivo, y hacia AstraZeneca en 77% positivo. Esto habla de la buena reputación de la que gozan los laboratorios médicos en este momento.

En conclusión, con más de 65% de la conversación positiva, los mexicanos estamos esperanzados de la vacuna del COVID-19, pero dudamos de la voluntad y los métodos usados por el gobierno para aplicarla. Veremos si el proceso de vacunación que ya está en marcha refrenda la posición de esperanza que se percibe en la discusión.