“La oferta de servicios de cuidado infantil tiene una cobertura limitada, está fragmentada y es heterogénea. Lo anterior genera un sistema inequitativo de servicios que afecta negativamente a la participación laboral de las mujeres”, apuntó el Banco Mundial.
Un gasto público insuficiente y un marco regulatorio inadecuado que no reconoce el derecho al cuidado per se, que está descoordinado y que es discriminatorio, explica en parte este problema que enfrentas las mujeres con hijos en el país, además de un marco normativo con múltiples retos, comentó Aylin Isık-Dikmelik, economista senior en el BM.
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Poco presupuesto
El gasto público destinado a servicios de cuidado infantil en México es 0.04% del PIB, cuando en los países de la OCDE el promedio es de 0.29% del PIB. El gasto de México en este rubro es casi ocho veces menor que el promedio de la OCDE.
“El papel del Estado como promotor de los servicios de cuidado infantil es fundamental para contribuir a la igualdad de género y a la participación de las mujeres en el mercado laboral. El nivel del gasto público no es el único determinante de la oferta y la calidad de los servicios de cuidado infantil, pero sí está asociado con la cobertura y la calidad de estos servicios”, señaló el documento.
En México, hay 13,000 Centros de Atención Infantil (CAI); 0.91 centros por cada 1,000 niños de hasta seis años, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El 67.5% de los CAI son de provisión privada, mientras que la mayoría de los servicios de educación preescolar son públicos. En ambos casos, los servicios privados tienen un tamaño relativamente menor respecto a los servicios públicos, y también en los dos casos más del 70% de estos centros cuenta con 10 empleados o menos.
Poca demanda
Las percepciones sobre poca fiabilidad de los servicios de cuidado infantil y las normas generales sobre las expectativas de ser buena madre son otros factores que influyen en las decisiones de trabar o no, dejar o no al niño en la guardería, y por ende en la demanda de este servicio, comentó Gabriela Inchauste Comboni, economista líder en la práctica global de Pobreza y Equidad del BM.
El uso de servicios de cuidado infantil en México es bajo debido a limitaciones de demanda y oferta. En esta baja utilización inciden, por un lado, las limitaciones de oferta, tales como la falta de disponibilidad (servicios o espacio), la distancia y/o horas y, sobre todo, la alta heterogeneidad en la calidad de los servicios.
A esto se suma que el derecho al cuidado no está reconocido en México en sí mismo, sino que se reconoce de manera parcial como parte del derecho a la seguridad social, excluyendo a una gran parte de la población. Por otro lado, inciden las limitaciones asociadas con la demanda de servicios de cuidado tales como la falta de dinero, la falta de necesidad del servicio (incluyendo cuando el menor va al trabajo de su mamá) y la falta de confianza en la calidad de los servicios.