En la reunión del 27 y 28 de abril, el banco central estadounidense acordó mantener los tipos de interés de referencia entre el 0% y el 0.25% y seguir con las compras de 120,000 millones de dólares de bonos al mes.
"Los participantes remarcaron que el esperado auge en la demanda a medida que la economía avanza en su apertura, así como algunos factores transitorios de cuellos de botella en la cadena de suministro, contribuirían a que la inflación subiera de manera temporal por encima del 2% anual", señalaron las actas.
No obstante, apuntaron que esperaban que "a medida que estos efectos transitorios se disolvieran, la inflación volvería a relajarse".
El índice de precios al consumidor (IPC) en Estados Unidos subió un 0.8% en abril y ha situado la inflación interanual en el 4.2%, la más alta registrada desde 2008, con lo que aumenta la preocupación sobre el despegue de la inflación en la primer economía mundial.
El pasado mes, el presidente de la Fed, Jerome Powell, subrayó el progresivo "fortalecimiento" de la economía gracias a las vacunas anticovid y al apoyo fiscal, pero insistió en que no moverá los tipos de interés hasta que haya una sostenida recuperación en el mercado laboral y el alza de la inflación sea "persistente", algo que no espera que ocurra antes de 2022.
El organismo ha venido añadiendo optimismo a las perspectivas económicas en el país en medio del rápido proceso de vacunación en los últimos meses.
En marzo, el banco centra estadounidense elevó las previsiones de crecimiento económico en Estados Unidos a 6.5% para 2021, frente al 4.2% previsto a finales de 2020. Sin embargo, la recuperación en el mercado laboral mostró un bache en abril cuando solo se crearon 260,000 nuevos empleos, frente al millón pronosticado por analistas, y la tasa de desempleo subió una décima, al 6%.
La próxima reunión del banco central estadounidense está prevista para el 15 y 16 de junio.