La escasez de semiconductores se ha convertido en un problema de escala global nada fácil de resolver. En diciembre, cuando empezaron los primeros retrasos en las entregas de algunas autopartes, como sistemas de infoentretenimiento o computadoras a bordo que controlan funciones como velocímetros y sistemas de frenos antibloqueo, las armadoras previeron que tomaría alrededor de medio año restablecer el abasto. Pero casi seis meses después, la escasez persiste y las proyecciones de las pérdidas para los fabricantes se han duplicado.
Aunque los fabricantes de semiconductores ya están agregando más capacidad a sus plantas para cumplir con las proyecciones futuras, existe el consenso entre algunos analistas y representantes gremiales de que la oferta seguirá siendo escasa a lo largo de 2021. Fausto Cuevas, director general de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), predice que la escasez continuará durante el segundo semestre del año. “Consideramos que aún cuando haya decisiones de nuevas inversiones, el efecto no será inmediato”, dice.
Alberto Bustamante, director de Comercio Exterior de la Industria Nacional de Autopartes, también sospecha que la oferta finalmente cubrirá la demanda en 2022. “Contar con una planta regional de semiconductores no solucionará en el corto plazo la crisis que tenemos actualmente. Construir y comenzar las operaciones de una fábrica toma de uno a tres años”, añade.