"Prohibir el uso de maíz genéticamente modificado implica el desabasto de alimentos humanos y pecuarios", agregó el CNA. "En lugar de tener un importante insumo para una productiva industria, nos veríamos obligados a importar proteína animal de valor agregado, misma que hoy México también exporta".
El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) tiene la misión de identificar un sustituto del glifosato, utilizado por miles de agricultores mexicanos para limpiar los campos antes de la siembra.
Hasta la fecha, se han promovido 17 medidas legales en contra de la prohibición, según el CONACYT, en su mayoría de empresas que han argumentado un daño inminente si se permite la aplicación de la medida gubernamental.
A principios de 2021, México publicó un decreto en el que ordena a las autoridades revocar y abstenerse de otorgar permisos de liberación al ambiente de semillas de maíz genéticamente modificado, y establece una eliminación gradual de las importaciones de maíz transgénico para 2024.
En marzo pasado, el secretario de Agricultura de Estados Unidos, Tom Vilsack, dijo que un plan mexicano para prohibir las importaciones de maíz genéticamente modificado se aplicaría al grano que se usa para productos alimenticios humanos, no para alimento para el ganado, según las recientes conversaciones que mantuvo con su par mexicano, Víctor Villalobos Arámbula.
Vilsack dijo que limitar la prohibición a los productos alimenticios marca una gran diferencia para los agricultores estadounidenses, que durante mucho tiempo han confiado en México como uno de los principales mercados de exportación.