"La asignación es una gran inyección para el mundo y, si se usa sabiamente, una oportunidad única para combatir esta crisis sin precedentes", dijo la titular del FMI, Kristalina Georgieva, en un comunicado aparte.
La distribución de reservas monetarias más grande jamás realizada por el FMI proporcionará liquidez adicional para la economía global, complementando las reservas de divisas de los países miembros y reduciendo su dependencia de una deuda interna o externa más costosa, destacó Georgieva.
En México, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha manifestado su intención de pagar parte de la deuda pública con recursos liberados por el FMI.
El Fondo estima que la deuda del país será de 63% este 2021 y el gobernador del Banco de México ha dicho que la única forma en que se pueden usar estos recursos, que irán a las reservas internacionales, es que Hacienda compre estos recursos al banco central.
Los países miembros del FMI recibirán DEG, la unidad de cambio del fondo respaldada por dólares, euros, yenes, libras esterlinas y yuanes, en proporción a sus cuotas de participación existentes en el fondo.
Georgieva dijo que unos 275,000 millones de dólares de la asignación se destinarán a países de mercados emergentes y en desarrollo, y que 21,000 millones de dólares irán a países de bajos ingresos.
La directora gerente dijo que el FMI está alentando a los países ricos que reciben DEG a canalizarlos hacia los países más pobres que los necesitan más.
Una opción clave es que los países más ricos contribuyan con DEG al Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Reducción de la Pobreza del FMI para los países de bajos ingresos, afirmó.
El FMI también seguirá trabajando en un posible Fondo Fiduciario de Resiliencia y Sostenibilidad que podría utilizar DEG canalizados para ayudar a los países más vulnerables con la transformación estructural, incluida la lucha contra el cambio climático, sostuvo.
Otra posibilidad, agregó, podría ser canalizar los DEG para respaldar los préstamos de los bancos multilaterales de desarrollo.
La última distribución de DEG del FMI se produjo en 2009, cuando los países miembros recibieron 250,000 millones de dólares en reservas de DEG para ayudar a aliviar la crisis financiera mundial.
Para gastar sus DEG, los países primero tendrían que cambiarlos por divisas fuertes subyacentes, lo que les exigirá que encuentren un país socio de intercambio dispuesto.
Con información de Reuters