El viernes pasado, el directorio ejecutivo del FMI debatió el asunto durante cinco horas, antes de levantar la sesión y pedir más "detalles aclaratorios".
Kristalina Georgieva criticó la investigación que señala su presunta participación en la manipulación del informe y negó los hechos en su contra. "No es cierto. Ni en este caso, ni antes ni después, he presionado al personal para que manipule datos", dijo el viernes ante empleados del FMI.
Su abogado afirma que la investigación realizada por la firma de abogados WilmerHale violó las reglas del personal del Banco Mundial, en parte al negarle la oportunidad de responder a las acusaciones, una afirmación que WilmerHale disputa.
El inicio del escándalo
A mediados de septiembre de este año, el Banco Mundial señaló que durante su etapa como directora general de la institución financiera, Georgieva ‘presionó al personal’ para mejorar la clasificación de China en el informe 'Doing Business' de 2017, justo en un momento en que el banco buscaba el apoyo del país asiático para incrementar su capital.
La investigación del bufete de abogados Wilmer Hale citó esta presión de alto nivel en la oficina del entonces presidente del banco, Jim Yong Kim, para cambiar la metodología del informe y mejorar la puntuación de China.
La posición de China en el informe de 2018 debería haber estado siete lugares más abajo, en el puesto 85 en lugar de permanecer en el 78, indicó el Banco Mundial en una revisión publicada en diciembre.
El escándalo amenaza con eclipsar reuniones de alto perfil sobre la economía global, la pandemia de COVID-19 y los problemas fiscales globales, en discusiones que se celebrarán en parte de forma presencial, con otros encuentros en línea. En años previos, el evento atrajo a unas 10,000 personas en Washington.
Con información de Reuters.
