De hecho, dijo al panel controlado por los demócratas que era necesario estabilizar los precios para mantener en marcha la expansión económica y el crecimiento del empleo.
"La inflación marcha muy por encima del objetivo. La economía ya no necesita ni quiere las políticas muy expansivas que hemos tenido", dijo Powell. Pero "es un largo camino" para que la política monetaria vuelva a la normalidad, y aunque era hora de poner fin a las medidas de emergencia por la pandemia, eso "no debería tener efectos negativos en el mercado laboral".
La inflación fue el foco de atención de los legisladores durante la audiencia, y Powell dijo que todavía sentía que, si bien el nivel de aumento de precios requería que la Fed actuara, vendría algo de alivio más allá de la política monetaria a medida que las cadenas de suministro globales comenzaran a ponerse al día con la demanda.
Esperar erróneamente que el ajuste suceda rápido, afirmó, es la razón por la cual la Fed al principio estimó el aumento de la inflación el año pasado como "transitorio", solo para ver que continúaba aumentando.
Dijo que ahora cree que la inflación cederá a mediados de este año, pero que la Fed está lista para hacer lo que sea necesario para evitar que las altas tasas de aumento de precios se "arraiguen".
"Vamos a tener que ser humildes pero hábiles", comentó, al decidir cuándo y con qué rapidez aumentar las tasas de interés y cambiar las tenencias de activos, que se han disparado a más de 8 billones de dólares. Powell dijo que no se ha tomado ninguna decisión sobre la normalización de la política monetaria, pero que es probable que la Fed decida reducir el balance "antes y más rápido" que tras la recesión de 2007-2009.
La audiencia es un primer paso en la esperada confirmación de Powell por parte del pleno del Senado para un nuevo mandato de cuatro años como presidente de la Fed. Lael Brainard, actual gobernadora de la Fed, será interrogada por el mismo panel el jueves para un mandato de cuatro años como vicepresidenta.
En diciembre, la Reserva Federal decidió poner fin antes de marzo a sus compras de bonos del Tesoro y valores respaldados por hipotecas -un legado de su batalla de casi dos años contra las consecuencias económicas de la pandemia-, y señaló que podría subir las tasas de interés tres veces este año.
Desde entonces, los contagios de COVID-19 han alcanzado cifras diarias récord, con un aumento de las hospitalizaciones y la puesta en cuarentena de los empleados minando una oferta de mano de obra que ya se encuentra al límite, y algunos observadores esperan que se intensifique aún más el desajuste entre la oferta y la demanda que está presionando al alza los precios.
Los inversores y los operadores estarán atentos a nuevas pistas sobre cuándo la Reserva Federal podría comenzar a subir sus tasas de interés y posiblemente reducir sus tenencias de bonos para frenar la inflación.
Los mercados financieros prevén una respuesta agresiva y los operadores de futuros de tasas de interés apuestan por cuatro subidas este año.