"Por supuesto, en cuanto me enteré de que el rublo se había desplomado, corrí hacia mi banco", señala Proshina, cliente de la banca VTB, la segunda mayor institución financiera rusa, sólo por detrás del Sberbank, ambos blanco de las sanciones anunciadas.
Experiodista de la televisión soviética, Natalia, de 75 años, se aprestaba a "retirar (todo su) dinero para no perder de nuevo todo", como le ocurrió en la crisis financiera de 1998.
"Entonces perdimos todo nuestro dinero, incluido el que mi marido había obtenido (en una misión) en el exterior. Ya no me quedan ganas de hacerle el juego al Estado (...) que puede muy fácilmente decretar la ley marcial y confiscar mis ahorros en cualquier momento", so pretexto de la guerra en Ucrania, exclama con un tono castrense.
Desconfianza
El Banco Central ruso anunció este lunes un fuerte aumento de su tasa directriz, en 10,5 puntos, hasta el 20%, luego de haberlo intentado todo a partir del jueves para "estabilizar la situación", interviniendo en el mercado de divisas.
En San Petersburgo unas quince personas aguardaban este lunes de mañana la apertura de una sucursal de la filial rusa del banco austriaco Raiffeisen.
Entre éstas, Svetlana Paramonova, de 58 años, afirma que desea "retirar todo su dinero para guardarlo en casa". "Es más seguro, puesto que ya no entendemos nada de lo que está pasando", resume.
A su lado, Anton Zájarov, de 45 años, desea hacer lo mismo, dado que "ya no tiene ninguna confianza, ni en el poder ni en los bancos".