"Y ahora, encima, viene la presión sobre los precios de la energía por la guerra", apuntó Georgieva.
La directora de la institución financiera internacional admitió que algunos países latinoamericanos exportadores de alimentos podrían ver la guerra como una oportunidad económica para aumentar sus exportaciones ante la caída de la competencia rusa y ucraniana, pero avisó de que incluso para ellos hay riesgos.
¿Qué tiene que ver la guerra en Ucrania con la inflación en Latinoamérica?
La escasez de fertilizantes -de los que Rusia y Bielorrusia son grandes exportadores, mientras que Brasil, por ejemplo, es uno de los mayores importadores- y la interrupción del sistema comercial global pueden constituir dificultades que potencialmente eliminen cualquier beneficio.
Georgieva también se refirió a la situación concreta del Caribe, que sigue esperando una recuperación total del turismo internacional a medida que baja de intensidad la pandemia de COVID-19, algo que ahora podría tardar todavía más a causa de la pérdida de poder adquisitivo en todo el mundo por las presiones inflacionarias de la guerra.