La primera estimación, publicada a finales de abril, había mostrado una contracción del 1.4% para el periodo enero-marzo, un parón inesperado en un contexto de alta inflación agravada por la guerra de Ucrania y los persistentes problemas en las cadenas de suministro.
Sin embargo, en comparación con el primer trimestre de 2021, el PIB estadounidense creció un 3.5%.
"Los riesgos para la economía y la probabilidad de una recesión son cada vez mayores", comentó Lydia Boussour, economista de Oxford Economics, describiendo sin embargo una "economía (...) que es fuerte y ha mostrado resistencia frente a ómicron, las persistentes restricciones de la oferta y la alta inflación".
Entre los factores que más contribuyen a este retroceso se encuentran los descensos en la inversión en inventarios y la reducción de las exportaciones.
Todo ello es reflejo de los persistentes problemas en las cadenas de suministro globales y las alteraciones provocadas por la invasión rusa de Ucrania.
La BEA también apuntó a una caída de las inversiones por parte del Gobierno federal durante ese período, así como de los gobiernos de los estados y de las ciudades del país.
Con información de AFP y EFE