"Este importante paso adelanta la transición desde el actual nivel altamente flexible de los tasas de interés hacia niveles que garanticen el retorno oportuno de la inflación al objetivo del 2% a medio plazo del BCE", declaró el organismo central en un comunicado.
Los responsables de la política monetaria habían oscilado durante semanas entre un aumento de 50 y 75 puntos básicos, pero un nuevo salto en la inflación general y subyacente parece haber zanjado el debate, ya que las cifras indican que el crecimiento de los precios se está filtrando en el conjunto de la economía, lo que hace aún más difícil su erradicación.
De hecho, el BCE ha vuelto a aumentar sus previsiones de inflación, elevando las perspectivas para 2023 de 3.5% al 5.5% y situando la tasa de 2024 en el 2.3%, por encima de su objetivo de 2%.
Sin embargo, los mercados se mostraron poco sorprendidos, ya que los inversores ya habían estimado en más del 80% la probabilidad de un movimiento de 75 puntos base, aunque los economistas encuestados por Reuters estaban más divididos, mostrando solo una ligera mayoría que esperaba un movimiento mayor.
A pesar del fuerte incremento, es probable que se produzcan nuevas subidas de tasas, según el BCE.
"En las próximas reuniones, el Consejo de Gobierno prevé subir aún más los tasas de interés para frenar la demanda y protegerse del riesgo de un cambio persistente al alza de las expectativas de inflación", añadió el BCE.
Antes de la reunión, los conservadores del organismo temían que cualquier otra cosa que no fuera un aumento drástico de tasas indicaría que el BCE no se tomaba en serio su mandato de lucha contra la inflación, que es oficialmente su único objetivo.
Se corre el riesgo de que las expectativas de inflación a largo plazo, ya de por sí elevadas, aumenten, lo que supondría una pérdida de confianza en el BCE y plantearía dudas sobre el marco de objetivos de inflación del banco.