Para empañar aún más las perspectivas, China parece dispuesta a continuar con sus políticas ultrarrestrictivas por el COVID, respaldadas por el Partido Comunista en el poder, que el domingo concluyó la remodelación de su cúpula directiva, con Xi Jinping asegurando un tercer mandato al frente de la misma.
La nueva alineación del máximo órgano de Gobierno chino ha elevado el temor entre los inversores a que el presidente Xi redoble las políticas impulsadas por la ideología a costa del crecimiento económico.
"No hay perspectivas de que China levante su política de cero COVID en un futuro próximo, y no esperamos ninguna relajación significativa antes de 2024", dijo Julian Evans-Pritchard, economista senior de China en Capital Economics.
"Por lo tanto, las interrupciones recurrentes de los virus seguirán pesando en la actividad en persona y no se pueden descartar nuevos confinamientos a gran escala".
El consumo final representó 2.1 puntos porcentuales del 3.9% de crecimiento del PIB, mientras que la formación de capital, o inversión, y las exportaciones netas representaron 0.8 y 1.1 puntos porcentuales, respectivamente.
En los nueve meses hasta septiembre, el consumo urbano per cápita ajustado a la inflación cayó 0.2% en el año.
La publicación de los datos estaba prevista inicialmente para el 18 de octubre, pero se retrasó en el marco del Congreso del Partido Comunista de la semana pasada.
En términos trimestrales, el PIB aumentó 3.9%, frente a una caída revisada del 2.7% en el periodo abril-junio y un aumento esperado del 3.5%.
La economía se vio favorecida por el sector manufacturero. Otros datos mostraron que la producción industrial en septiembre aumentó 6.3% respecto del año anterior, superando las expectativas de un aumento del 4.5% y del 4.2% en agosto.
Aparte de los riesgos internos, la economía china se verá presionada en el exterior por la crisis de Ucrania y una desaceleración mundial debida a las subidas de las tasas de interés para frenar la inflación.