En lo que respecta al producto interno bruto (PIB) el BCE espera un crecimiento de 0.9% este año, frente al 1.0% previsto anteriormente, para 2024 espera un crecimiento económico de 1.5% y 1.6% en 2025.
"La inflación se está desacelerando, pero se espera que permanezca demasiado alta durante demasiado tiempo", dijo la institución en un comunicado.
El BCE explicó que el incremento de la inflación subyacente obedece a las "sorpresas alcistas pasadas" y a que la solidez del mercado laboral podría frenar el proceso de moderación de los precios.
La tasa de depósito, de referencia, alcanza ahora el 3.5%, su nivel más alto desde mayo de 2001, la tasa de refinanciación se sitúa en 4.0% y la de facilidad marginal de crédito en 4.25%.
Después de una década de dinero barato, el BCE empezó un ciclo sin precedentes de ajuste monetario para contrarrestar el aumento de los precios al consumidor a raíz de la ofensiva rusa en Ucrania.
En decisiones futuras el Consejo de Gobierno se asegurará de que las tasas de interés oficiales se ubiquen en niveles suficientemente restrictivos para lograr el regreso de la inflación al objetivo del 2%, así como que las decisiones seguirán basadas en la evaluación de las perspectivas, que a su vez dependen de nuevos datos económicos y financieros. El BCE dejó abierta la puerta a incrementos adicionales a la tasa de interés, comentó Gabriela Siller, directora de análisis económico-financiero de Banco Base.
Al subir las tasas, los bancos centrales reducen su demanda de crédito y, por lo tanto, la inversión y el consumo de los hogares y las empresas, con la consecuencia de una desaceleración de la demanda y de la presión sobre los precios.
Con información de AFP y EFE