“Llama la atención la baja porque es un producto inelástico, es decir que aunque suba su precio, la demanda no varía tanto, pero la inflación de estos años ha afectado el consumo, además hay nuevas restricciones más estrictas y hay menos espacios para fumar”, explicó José Luis Clavellina-Miller, director de Investigación del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
El 15 de enero de 2023 entraron en vigor modificaciones al Reglamento de la Ley General para el Control del Tabaco que prohíben la publicidad, promoción y patrocinio del tabaco a través de cualquier medio de comunicación, además de su exhibición directa e indirecta en puntos de venta.
También se amplió la restricción de su consumo en lugares como plazas, parques, playas, estadios, transporte público y escuelas de todos los niveles educativos.
Pegan vapeadores
Esta baja en el IEPS, por un menor consumo, “también tiene que ver con que cada vez hay más consciencia de que fumar es perjudicial para la salud entre la sociedad. Pero por igual, hay personas que se están yendo hacia los vapeadores, aun cuando son más caros. Estos vapeadores están prohibidos y al estarlo no hay información oficial al respecto”, comentó Clavellina.
La información de la que se carece es de qué tan dañinos son los vapeadores o cigarros electrónicos para la salud, y también al comercializarse en la irregularidad no se sabe si estos pagan impuestos como IEPS o IVA, explicó el investigador del CIEP.
De acuerdo con una encuesta de la Comisión Nacional contra las Adicciones de 2022, entre la población mexicana de 12 a 65 años, 975,000 personas utilizan vapeadores, y 5 millones los han utilizado alguna vez. La Cofepris ha emitido alertas por el daño a la salud que provocan, y pese a su prohibición en mayo del año pasado, estos son fáciles de comprar en cualquier establecimiento en la vía pública, incluso minisúpers.
“Un problema en el mediano y largo plazos, es que estas personas pueden desarrollar padecimientos por el consumo de tabaco en vapeadores, quienes requerirán servicios de salud pública”, comentó el especialista.
La cuestión es que el IEPS es un impuesto que tiene el objetivo de desincentivar la compra de tabaco, y en teoría, lo recaudado tendría que irse a instituciones públicas de salud para campañas antitabaquismo y tratar enfermedades relacionadas, pero este dinero no está etiquetado y se van a una bolsa general.
Un estudio del CIEP, refiere que el costo para atender los padecimientos asociados con el consumo de tabaco es de 48,223 millones de pesos, no obstante, el gasto de la Secretaría de Salud para prevenir y atender enfermedades relacionadas con el tabaquismo oscila los 2,500 millones.