Aparte de la reducción de 18% (8.1 mil millones de pesos) en el Insabi frente a 2022, otros programas han sufrido grandes recortes como el programa de Salud Materna Sexual y Reproductiva, el cual ejerció solo 108,000 millones, una contracción de 86.8% (709,000 millones) frente a 2018 o de 92% (1,200 millones) frente a 2018.
Asimismo, el programa de Prevención y Control de Sobrepeso, Obesidad y Diabetes ejerció solo 13 millones de pesos, un recorte de 89% (111 millones) frente a 2022 o 98% (511 millones) menos en comparación con 2018. Otros programas también presentan reducciones, como el de Actividades de Apoyo Administrativo; Prevención y Atención Contra las Adicciones; Protección Contra Riesgos Sanitarios, o el Programa de Vacunación, con un recorte de 77.8%, todos al cierre de la mitad de 2023.
“Así, en 2024 los ingresos bien pueden quedarse por debajo de lo estimado, o el gobierno puede verse tentado a recortar el gasto en salud, como lo ha hecho en 2023, para no superar su ya holgado margen de deuda", refiere el documento.
Promesas
El laboratorio destacó que si se logra el aumento prometido para el siguiente año, sería mejor que con Enrique Peña Nieto, cuando los recursos cayeron 0.2% frente al cierre del sexenio de Felipe Calderón, a causa de los recortes presupuestales a partir de 2017, no obstante, el aumento del gasto en salud de AMLO sería menor al logrado por Calderón (35%) o al del Fox (32%).
“Como hemos visto, es posible que el gasto efectivo en salud sea inferior, si hay transferencias. De 2020 a 2022 se han ‘regresado’ 66,000 millones de pesos a la Tesofe. Si se mantiene esta tendencia en 2024, el gasto real en salud sería de solo 896,000 millones, un aumento de 18% (137,000 millones) frente al cierre del sexenio pasado”, refiere la institución.
A esto hay que sumarle otra consideración. A partir del presupuesto 2023 detectamos que se comenzaron a presupuestar recursos en el capítulo 7000 (“Inversiones financieras”), situación que no había sucedido antes.
“Al igual que las transferencias a fideicomisos, las inversiones financieras son opacas, y es difícil conocer su impacto en la prestación de servicios públicos. Estos recursos bien podrían depositarse en el Fonsabi y luego ser ‘sacados’ a la Tesofe, o simplemente no gastarse. Si descontamos estos recursos, el gasto en salud llegaría a 920,000 millones de pesos, 21% (160,000 millones) por arriba de 2018.