Con el 70% del agua, pero con falta de infraestructura
El pasado 5 de febrero, el presidente Andrés Manuel López Obrador lanzó una iniciativa de reforma que busca prohibir el otorgamiento de nuevas concesiones de agua para uso industrial, agrícola o comercial en zonas que ya sufren de escasez hídrica.
"Al final, la motivación (de la reforma), hasta cierto punto explícita del gobierno, no es otra más que atraer inversión al sureste. Pero al momento de invertir, el agua no es el único factor. Necesitas logística, infraestructura, energía, capital humano", algo que no tiene el sureste, señala Oscar Ocampo, coordinador de energía del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Y es verdad, el 67% del agua renovable total de México se encuentra en las cuatro regiones hidrológicas del sureste: Pacífico Sur, Golfo Centro, Frontera Sur y Península de Yucatán, según datos de la la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, pero no es suficiente.
La promesa del desarrollo
Para el investigador, la abundancia de agua en el sureste mexicano no puede asegurar la llegada de nuevas inversiones a esta región durante la ola del nearshoring.
"Hacer esta medida coercitiva para llevar las inversiones allá difícilmente te va a conducir a que estos 12 parques industriales que se están desarrollando en la región del Istmo de Tehuantepec sean exitosos".
Esto a pesar de que, recientemente, otro experto señaló que el Corredor Transístmico tiene el potencial de mover el 1% del PIB Mundial, al plantearse como alternativa logística al Canal de Panamá.
La ambigüedad y los riesgos de la reforma
"La redacción es tan ambigua que representa riesgos", señala el experto, debido a que la propuesta de prohibir nuevas concesiones de agua no aclara, por ejemplo, qué parámetros se usarán para definir que una zona tiene "baja disponibilidad" de agua.
Es algo que se deberá aclarar en la legislación secundaria, en caso de que se apruebe la reforma.
Pero el mayor riesgo podría ser para el sector agropecuario.
"El Valle del Yaqui en Sonora es una potencia en granos en el norte, pero tiene baja disponibilidad de agua, ¿si una concesión caduca, ya no les van a dar una nueva concesión?", cuestiona Ocampo.
¿La reforma será un bache para el nearshoring?
A pesar de que hay pocas probabilidades de que pase la reforma. Ésta podría convertirse en un bache de incertidumbre en el próximo sexenio.
Se espera que la construcción de nuevas naves y parques industriales tome un auge, pero con el riesgo de la escasez de agua. Si se prohíben nuevas concesiones, sí podría generarse un riesgo en el mediano plazo.
"En caso de aprobarse tendría un impcato, porque tienes polos industriales exitosísimos como Querétaro y Guanajuato que tienen una disponibilidad relativamente baja de agua", advierte Oscar Ocampo. Y, además, apunta que para la mayoría de las manufacturas se trabaja con agua tratada.