La Secretaría de Economía dio a conocer a mediados de febrero que México había recibido la cifra récord de 26,058 millones de dólares (mdd) de inversión extranjera directa (IED), de acuerdo con cifras preliminares.
Si bien su nombre deja poco lugar a dudas, no es tan fácil que un extranjero pueda invertir en México, y existen algunas reglas para ello.
La Secretaría de Economía la define como “aquella que tiene como propósito crear un vínculo duradero con fines económicos y empresariales de largo plazo, por parte de un inversionista extranjero con el país receptor”.
La dependencia considera IED la participación de extranjeros en el capital social de empresas mexicanas y, la participación de inversionistas extranjeros en las actividades y actos contemplados por la Ley.
En México, dependiendo del origen del capital, la IED se divide en tres grupos:
Reinversión de utilidades: Se trata de la utilidades de los accionistas extranjeros que permanecen en México y no se envían al exterior.
Nuevas inversiones: En este grupo se contemplan las inversiones de accionistas extranjeros para la creación de nuevas empresas, incorporación de inversionistas o montos en una empresa.
Cuentas entre compañías: Corresponden a préstamos, cobros y pagos entre empresas mexicanas y extranjeras del mismo grupo corporativo.
La IED tiene el potencial de generar empleo, incrementar el ahorro y la captación de divisas, estimular la competencia, incentivar la transferencia de nuevas tecnologías e impulsar las exportaciones. Todo ello incidiendo positivamente en el ambiente productivo y competitivo de un país, informó la SE.
Si bien las tres fuentes de inversión extranjera son importantes, la reinversión de utilidades y los nuevos capitales destacan porque, el primer punto refleja la confianza en el país y, el segundo, es capital fresco que hace crecer la economía en el largo plazo y da la idea que se reinvertirán más utilidades, explicaron Humberto Calzada, economista en jefe de Rankia Latinoamérica; y Gabriela Siller, directora de análisis económico de Banco Base.
La IED, al ser inversión en capital fijo, maquinaría y equipo o construcción de plantas, constituye una forma de crecimiento económico, agregó Siller.
En México, al no haber mucha inversión privada nacional, la inversión extranjera hace que llegue más tecnología y que mejoren las condiciones económicas del país.
En México hay ciertas actividades en las que no pueden participar inversionistas extranjeros y otras en las que hay un límite para hacerlo.
La Ley de Inversión Extranjera Directa, en su artículo 5° señala que están reservadas de manera exclusiva al Estado las funciones que determine las leyes en las siguientes áreas estratégicas como: extracción de petróleo e hidrocarburos, con base en lo dispuesto por el Artículo 27 (párrafo séptimo) y 28 (párrafo cuarto) de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Las restricciones también aplican para la planeación y control del sistema eléctrico nacional, igual que el servicio público de transmisión y distribución de energía eléctrica, la generación de energía nuclear, materiales radioactivos, telégrafos, radiotelegrafía, correos, emisión de billetes y acuñación de moneda; control, supresión y vigilancia de puertos, aeropuertos y helipuertos.
La Ley también contempla actividades reservadas de manera exclusiva para sociedades económicas o sociedades con cláusula de exclusión de extranjeros:
Transporte terrestre nacional de pasajeros, turismo y carga. Esto no incluye servicios de mensajería y paquetería; instituciones de banca de desarrollo en los términos de la ley de la materia y la prestación de servicios profesionales técnicos que expresamente señalen las disposiciones legales aplicables.
“La inversión extranjera no podrá participar en las actividades y sociedades mencionadas en el presente artículo directamente, ni a través de fideicomisos, convenios, pactos sociales o estatutarios, esquemas de piramidación, u otro mecanismo que les otorgue control o participación alguna, salvo por lo dispuesto en el Título Quinto”, referente a inversiones neutras, se lee en la Ley de Inversión Extranjera Directa.
El Artículo 7° de la Ley contempla topes en la participación de la IED a extranjeros.
La Ley también señala que se requiere “resolución favorable” de la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras para que la inversión extranjera en una sociedad sea mayor al 49% de su capital social.
