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La informalidad laboral en México tiene rostro de mujer

La informalidad en el país afecta más a mujeres casadas y con hijos que habitan en zonas rurales del este o del sur y con poca o ninguna escolaridad, lo cual también crea un problema de productividad.
jue 31 octubre 2024 07:41 AM
En el duro panorama de la informalidad laboral, las mujeres se llevan la peor parte
La informalidad laboral no es solo propia del comercio ambulante o los puestos callejeros, atraviesa todos los sectores de la economía y afecta de modo desproporcionado a las mujeres.

Más de la mitad de los trabajadores en México viven en informalidad laboral, es decir que carecen de acceso a seguridad social y otros derechos a pesar de que muchos de ellos trabajan para empresas legalmente constituidas e incluso para el gobierno. ¿Cuáles podrían ser las posibles salidas a este problema?

Un sistema de cuidados y reforzar la productividad de las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPymes) son los caminos más urgentes para combatir un problema que afecta al 54% de la fuerza laboral en México.

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No son solo los ambulantes

Lejos del estereotipo, un trabajador informal no se limita a la persona que vende ropa o comida en un puesto ambulante o al local donde se comercializan fundas para celulares o accesorios de maquillaje, explica Ytzel Maya, Coordinadora de Datos de Oxfam México.

En realidad, la informalidad laboral es diversa: incluye a trabajadores de múltiples sectores, desde el agropecuario hasta el gubernamental. También a profesionales que son remunerados vía honorarios, lo cual implica que muchos de ellos pagan, entre otros gravámenes, un Impuesto Sobre la Renta que no les garantiza el acceso a la seguridad social.

Cuatro tipos de informalidad

El informe El laberinto de la informalidad, presentado por Oxfam y México ¿Cómo Vamos?, expone las diferentes caras de este fenómeno en México. Contrario a la creencia de que las personas en la informalidad se dedican a actividades ilícitas o que todas se dedican a lo mismo o que no pagan impuestos, la investigación encontró que el 27.8% de las personas en esa situación laboran en el sector informal, el 13.5% en empresas, gobierno e instituciones, el 9% en el ámbito agropecuario y el 3.9% en el trabajo doméstico remunerado.

En promedio, los hombres han ganado más que las mujeres en tres de los cuatro tipos de informalidad laboral y esta tendencia no ha cambiado en casi veinte años, señala el estudio.

No conviene ser un trabajador informal

Esto quiere decir que las personas que laboran en la informalidad no lo hacen por deseo propio sino por cuestiones estructurales. Porque, además, no conviene ser un trabajador informal: mientras que en un empleo formal el ingreso laboral mensual promedio es de 13,011.20 pesos, en uno informal se reduce casi a la mitad, (6,924.5 pesos).

Esto quiere decir que el ingreso laboral promedio de una persona en la informalidad laboral solo es suficiente para adquirir 1.5 canastas básicas.

Las mujeres se llevan la peor parte

La diversidad del problema, además, abarca temas socioculturales y económicos. Por ejemplo, el informe destaca que la informalidad laboral afecta más a mujeres casadas con hijos, de zonas rurales del este o sur, con poca o ninguna escolaridad.

“La informalidad laboral afecta de manera desproporcionada a las mujeres, ya que es mucho más probable que, al casarse o asumir roles de cuidado, caigan en condiciones de trabajo informales. Es crucial implementar un sistema integral de cuidados que permita que el cuidado no sea un obstáculo para el desarrollo personal y laboral de las mujeres. Cuidar no debería expulsarlas de la formalidad laboral, sino ser un derecho garantizado sin perjuicios a su acceso laboral”, señaló la Coordinadora de Datos de Oxfam México.

Al profundizar más en la relación del empleo informal con las labores de cuidado, encontramos una relación positiva entre el número de hijas y de hijos y el porcentaje de mujeres ocupadas en un empleo informal. Es decir, a mayor número de hijas o hijos, mayor el porcentaje de mujeres ocupadas en un empleo informal.

Por lo cual, una de las propuestas del estudio para paliar los efectos de la informalidad es la creación de un sistema integral de cuidados que permitan a las mujeres y población en general acceder a empleos de calidad.

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Informalidad y baja productividad: dos caras de la misma moneda

Para Axel González, especialista de México ¿Cómo Vamos?, la informalidad y la baja productividad de las MiPymes en México son dos caras de la misma moneda y ambos problemas se retroalimentan. Entre menos empleados tiene una empresa, aunque sea del sector formal, hay más probabilidades de que sus trabajadores laboren en la informalidad, esto es, sin derechos a los que deberían acceder por las horas que trabajan.

Además, el 95% de las unidades económicas son MiPymes, mismas que estructuralmente carecen de fortaleza financiera, económica y operativa para formalizar los empleos. Más aún, Axel González explica que la evidencia empírica muestra que este tipo de negocios tienen una baja productividad laboral.

"La baja productividad en México y la informalidad no son problemas aislados; al contrario, se alimentan mutuamente, creando un círculo vicioso que limita el crecimiento. Debemos trabajar en mejorar la productividad, especialmente en las micro y pequeñas empresas, si queremos ver empleos de calidad y una economía más robusta", apunta.

Axel propone robustecer las MiPymes a través de un acceso al financiamiento simplificado y de cuotas diferenciadas de seguridad social. Esto permitiría que estas empresas incrementen su tamaño y ofrezcan empleos formales con acceso a seguridad social, lo cual reduciría la prevalencia de empleos informales.

El gobierno es parte del problema

El experto de México ¿Cómo Vamos? también apunta que 2 de cada 10 empleados de gobierno trabajan en condiciones de informalidad, por lo cual propone revisión de los esquemas de contratación en el sector público como ejemplo de formalización laboral, y una mayor fiscalización en instituciones gubernamentales y empresas que mantengan empleados en condiciones informales.

Finalmente, el estudio también señala que es urgente que el gobierno incremente los recursos recaudados para la seguridad social, pues sin ello no hay recursos que alcancen para garantizar derechos a todas las personas, independientemente de su estatus de formal o informal.

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