Para Estados Unidos, esta disputa representa la defensa de sus exportaciones de maíz a México, las cuales alcanzaron 5,386 millones de dólares en 2023 y muestran una tendencia alza en 2024.
Según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, entre enero y octubre de 2024, las ventas de maíz a México sumaron 4,711 millones de dólares, lo que representa un incremento de 5% en comparación con el mismo periodo de 2023.
Además México es el principal mercado al que se dirigen las exportaciones de maíz de Estados Unidos, con una participación de 41%.
Estas cifras reflejan la importancia de México para Estados Unidos en sus ventas internacionales de maíz, y por lo que alega una afectación económica con la medida mexicana.
Los decretos y el panel
El primer decreto presidencial de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fue emitido el 31 de diciembre de 2020, y el segundo, que lo sustituyó, el 13 de febrero de 2023. Ambos prohíben el uso de semillas de maíz transgénico para siembras agrícolas.
Además, ambos decretos restringen el uso de maíz transgénico en la industria de la masa y la tortilla. Sin embargo, el decreto de 2023 subió las alarmas en Estados Unidos, ya que instruyó a las autoridades mexicanas a revocar aprobaciones existentes y abstenerse de autorizar maíz transgénico destinado al consumo humano.
La respuesta de la representante comercial de Estados Unidos (USTR), Katherine Tai, fue inmediata. En febrero de 2023, sostuvo una conversación con la entonces secretaria de Economía de México, Raquel Buenrostro, quien aseguró que el decreto no tendría impacto comercial porque el maíz estadounidense se destina principalmente a usos industriales y como alimento para animales.
No obstante, el Congreso de Estados Unidos destacó que las políticas mexicanas no están basadas en evidencia científica y advirtió que podrían causar graves daños económicos a agricultores estadounidenses y productores ganaderos mexicanos al perturbar miles de millones de dólares en comercio agrícola.
Ante la creciente presión de los agricultores estadounidenses, en marzo de 2023 la USTR solicitó formalmente a la Secretaría de Economía de México iniciar consultas técnicas sobre el decreto. Aunque estas se llevaron a cabo en ese mismo mes, no se llegó a un acuerdo.
En junio, las consultas escalaron a una fase de solución de controversias, celebrada el 29 de ese mes, nuevamente sin éxito. Finalmente, en agosto de 2023, Estados Unidos solicitó el establecimiento de un panel para examinar las medidas biotecnológicas de México sobre el maíz transgénico y determinar si violaban las disposiciones del T-MEC. En este proceso, Canadá participó como tercero interesado, y tanto México como Canadá presentaron sus argumentos durante 2024.
Una derrota anunciada
En noviembre, Ebrard dejó ver que el resultado que se les entregó en octubre no era dando la razón a México.
“Ahora ya nos dieron el resultado preliminar de maíz, todavía no termina el proceso, terminará en diciembre, pero a lo mejor nos lo ganan. Pero lo que importa es que el sistema está funcionando”, declaró al hablar de la funcionalidad del mecanismo de los paneles que se incluyó en el T-MEC.
De confirmarse el sentido no favorable para México, Ebrard comentó que ya se tienen acciones previstas.
Empresarios apuntan que en estos momentos de tensión y con la llegada de Donald Trump, la decisión más adecuada para México es acatar la resolución, ya que de no ser así pueden complicar la revisión del T-MEC.
En el escenario de que México acepte este fallo del panel, da una señal de que quiere la continuidad del T-MEC, si decide lo contrario, da las armas para que Trump diga que no se está cumpliendo con el tratado, dice Carlos Palencia, director general de Index.
No obstante, la presidenta Claudia Shienbaum no desiste de la prohibición del maíz transgénico en México, incluso quiere llevarlo a grado constitucional.
