El Senado de Estados Unidos aprobó recientemente un impuesto de 1% sobre remesas enviadas al extranjero, pero limitado únicamente a transferencias hechas en efectivo, money orders o cheques de caja. Los expertos coinciden en que el impacto será muy acotado, dado que prácticamente 99% de las remesas se envían a través de transferencia electrónica.
El impuesto a las remesas tendrá un efecto marginal en la economía

El plan original contemplaba un gravamen de 5%, luego se redujo a 3.5% y finalmente quedó en 1%, aplicado únicamente a métodos tradicionales, no electrónicos.
Según expertos en economía, el impacto de esta medida será mínimo, tanto por el alcance del impuesto como por la facilidad con que los migrantes pueden adaptarse y seguir enviando dinero por vías digitales.
Transferencias electrónicas dominan el envío de remesas
La mayoría de las remesas ya se envían por medios electrónicos. Según el Banco de México, en mayo de 2025 las remesas en efectivo y especie representaron apenas 0.7% del total, y las enviadas por ,apenas 0.2%, equivalentes a 180 y 57 millones de dólares, respectivamente. Esto significa que más del 99% de los recursos no se verán directamente afectados por el nuevo impuesto.
La gente simplemente va a cambiar de método, dijo Janneth Quiroz, directora de análisis económico de Monex. El impacto será marginal, considerando que se trata de un gravamen menor y con aplicación muy limitada, explica.
"Seguramente aquellas personas que antes hacían envíos en efectivo van a cambiar de método y ahora lo harán a través de transferencias. Entonces, sí pensamos que el efecto negativo se va a diluir", señala Quiroz Zamora.
Alejandro Saldaña, economista en jefe de Banco Ve por Más, coincidió en que el efecto directo será limitado, aunque señaló que podría haber distorsiones temporales por temor al impuesto.
“No necesariamente sería nulo el efecto, pero sí es razonable suponer que sería modesto”, explicó. Además, advirtió que algunos migrantes podrían optar por medios informales, lo cual implicaría mayores costos y riesgos. Por lo cual, la opción más viable es que recurran a amigos o familiares con residencia en Estados Unidos, que puedan hacer el envío por ellos.
Una fuente crucial para millones de hogares mexicanos
Más allá del impuesto, el tema de las remesas es vital para México. Según datos del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA), en 2024 el 11.3% de los hogares mexicanos recibió remesas, es decir, uno de cada nueve.
Esta proporción es más alta en la región Occidente y Bajío, donde uno de cada seis hogares depende de esos envíos. En promedio, cada hogar receptor recibió 14,402 dólares al año, y en la región Occidente-Bajío la cifra se elevó a 15,668 dólares.
La importancia de las remesas no solo se mide por su volumen, sino por su peso en el ingreso de las familias: en la región Sur del país, donde el PIB por hogar fue de 34,740 dólares, las remesas representaron un aumento de 41.7% del ingreso anual de los hogares receptores. A nivel nacional, el impacto fue de 30.9%.
En términos macroeconómicos, las remesas en 2024 representaron 3.5% del PIB y el equivalente a 5% del consumo privado total. De hecho, financiaron hasta 44% del gasto de consumo de los hogares receptores.
Tendencia a la baja
Aunque el nuevo impuesto ha generado inquietud, los datos muestran que la caída reciente en el envío de remesas obedece más al contexto económico estadounidense que a temores legislativos. En mayo de 2025, México recibió 5,360 millones de dólares en remesas, 4.6% menos que en mayo de 2024. En el acumulado de enero a mayo, el descenso fue de 3% anual.
“Las caídas se deben más al enfriamiento económico en Estados Unidos y al temor de los paisanos por una posible deportación, que al nuevo impuesto”, explicó Quiroz. Esto coincide con reportes de redadas migratorias en el gobierno de Donald Trump y la discusión de su plan fiscal, donde se incluyó esta medida como una forma de financiar programas internos.
Por su parte, Alejandro Saldaña argumenta que si bien el dato de nóminas no agrícolas de esta semana sorprendió al alza, la tendencia apunta a un enfriamiento moderado en el mercado laboral estadounidense.
"Esto a su vez sugiere una desaceleración en el crecimiento del ingreso personal y, por lo tanto, en la capacidad para enviar remesas", apunta.
¿Una solución fiscal o un incentivo político?
Para muchos analistas, el impuesto es más simbólico que efectivo. Además del bajo monto que podría recaudarse, su diseño incentiva la migración a canales digitales, reduce su campo de aplicación y abre la puerta a medidas compensatorias como la anunciada por el gobierno mexicano.
La presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, anunció que el gobierno reembolsará ese 1% de impuesto a los migrantes que usen la tarjeta de Financiera para el Bienestar (Finabien), una herramienta que permite transferencias electrónicas, las cuales ya están exentas del gravamen. El objetivo, dijo, es masificar el uso de esta vía y evitar que el nuevo impuesto afecte a los hogares mexicanos.