Alejandro Malagón, presidente de la Concamin, explicó en las mesas de trabajo convocadas por la Comisión de Economía de la Cámara de Diputados que el semáforo divide las fracciones en tres niveles. Verde para áreas con producción nacional sólida y capacidad de crecimiento. Amarillo para sectores con oferta limitada, pero con potencial. Rojo para actividades sin base productiva, donde un arancel solo elevaría costos.
El objetivo es ordenar la entrada en vigor del plan y aumentar su efectividad. Este mecanismo aplicaría para insumos, bienes intermedios y bienes finales.
“Saludamos esta iniciativa arancelaria porque consideramos que forma parte de una política industrial que necesita el país y que está alineada al Plan México y a una política inteligente de sustitución de importaciones. Creemos que, bien instrumentada y con inteligencia, puede traducirse en un mayor empleo y en una mayor producción”, dijo.
La Concamin entregó a la Secretaría de Economía un inventario de sectores sensibles que abarca acero, aluminio, textil, calzado y papel. Malagón añadió que la discusión no puede ignorar un punto crítico: las aduanas. La subvaluación y el contrabando debilitan cualquier ajuste. Un traje declarado a 1 dólar demuestra que un arancel pierde fuerza si no existen controles sólidos. Para los industriales, la modernización aduanera se convierte en el complemento indispensable del plan.
Vietnam aparece como otro factor de riesgo, ya que los aranceles no le aplicarían por su participación en un tratado compartido con México. El país avanza en su desgravación dentro del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, pero aloja operaciones de numerosas empresas chinas.
La industria teme una triangulación que permita el ingreso de mercancía china con fachada vietnamita. El efecto reduciría el alcance del ajuste presidencial.
Aranceles con criterios técnicos
La Secretaría de Economía defendió los criterios técnicos del paquete arancelario que analiza el Congreso y afirmó que las nuevas tarifas no afectarán sectores con una alta dependencia de un solo proveedor. Luis Rosendo Gutiérrez, subsecretario de Comercio, explicó que la mitad del paquete corresponde a bienes finales y la otra mitad a insumos, y detalló que el diseño buscó evitar riesgos para la operación industrial.
El funcionario señaló que uno de los principales objetivos consistió en impedir que un insumo quedara sujeto a un arancel cuando la mayor parte de su oferta proviene de un país sin tratado comercial con México.
“Que no fuéramos a decir: ‘oye, vamos a ponerle aranceles a terceros países con los cuales no tenemos tratados comerciales, pero ¿qué crees?, ese arancel se lo ponemos a un país que tiene el 95% de la provisión de ese producto. Bueno, estamos perdidos; nos pondría en una situación muy delicada, a esa industria”.
Gutiérrez explicó que Economía estableció un umbral técnico: ningún insumo incluido en las 1,463 fracciones del paquete presenta una dependencia igual o superior al 50%. Todos cuentan con al menos una alternativa de proveeduría en otro país y, en muchos casos, con dos, tres, cuatro o hasta cinco opciones. El análisis buscó garantizar que las empresas mantuvieran acceso real a insumos esenciales y evitar un golpe involuntario a la cadena productiva.
El subsecretario añadió que, en semanas recientes, la Secretaría detectó casos donde la proveeduría alterna también proviene de países sin tratado comercial con México. Ese hallazgo abrió un nuevo proceso de revisión para definir excepciones y ajustes solicitados por el presidente de la Comisión de Economía. La instrucción consiste en asegurar que cada industria cuente con condiciones competitivas durante la transición arancelaria.
Gutiérrez afirmó que México respetó los niveles máximos permitidos por la Organización Mundial de Comercio. Recalcó que el país permanece dentro de las reglas internacionales y que la reforma no rebasa los techos arancelarios reconocidos en ese marco.
El subsecretario destacó que los foros de consultas con los sectores convocados por el Congreso buscan afinar el paquete con las propuestas de cada uno. “Queremos un traje a la medida junto con el Congreso. Deseamos que las industrias mantengan su competitividad y no enfrenten riesgos por falta de insumos”, afirmó.
Economía informó que continuará el trabajo conjunto con la Comisión de Economía de la Cámara de Diputados para definir el dictamen final que se enviará al Pleno.