El aumento sostenido del salario mínimo en México —que en 2026 subirá 13% a nivel nacional, hasta 315 pesos diarios— fortale el ingreso de millones de trabajadores, pero también eleva la presión financiera sobre las pequeñas y medianas empresas (pymes), justo cuando el país busca integrarlas al nearshoring y a la nueva política industrial del Plan México.
El salario mínimo al alza aprieta a las pymes y eleva la urgencia de crédito
Especialistas advierten que, sin mejoras equivalentes en productividad, el incremento salarial comienza a estrechar los márgenes de las pymes, en particular de aquellas intensivas en mano de obra.
Economistas refieren que el aumento al salario mínimo es sostenible solo si viene acompañado de mayor productividad e inversión, pues de lo contrario puede derivar en presiones sobre costos, precios y empleo formal.
Con salarios al alza y márgenes más estrechos, el financiamiento ya no es solo para crecer más rápido, sino para crecer mejor: ordenar finanzas, ganar productividad y tomar decisiones que sostengan a la empresa en el largo plazo
Financiamiento, necesario para sortear el reto
De acuerdo con Kapitalizer, una firma especializada en financiamiento de pequeñas y medianas empresas, alrededor de seis de cada 10 pymes formales muestran señales de planeación financiera, mientras que casi cinco de cada 10 ya han tenido acceso previo al crédito, "lo que revela un universo relevante de empresas con potencial para escalar si cuentan con financiamiento adecuado, en un contexto de alza salarial".
La buena noticia es que, aunque la incertidumbre comercial con Estados Unidos moderó el crédito para grandes empresas, la demanda de financiamiento por parte de las pymes se mantuvo al alza, particularmente a través de Sofomes, explicó el Reporte sobre las Economías Regionales del Banco de México (julio–septiembre de 2025). El documento añade que la baja en las tasas de interés ha empezado a reactivar el crédito productivo entre pymes que habían pospuesto sus decisiones de financiamiento, pese a la cautela en algunos sectores y regiones.
El Plan México reconoce esta brecha y fija como objetivo que 30% de las pymes tenga acceso a financiamiento en los próximos años. La estrategia busca vincular crédito con industrialización, nearshoring e integración a cadenas de valor, donde las necesidades ya no se limitan al capital de trabajo, sino a infraestructura industrial, energía, logística y compra de activos productivos.
Kapitalizer, que ha colocado más de 3,000 millones de pesos en crédito al sector pyme, explica que el financiamiento siempre debe ser con un enfoque escalonado, acompañado de soporte operativo, para que el crédito funcione como palanca de crecimiento y no solo como alivio temporal frente a mayores costos laborales.
La Secretaría de Economía advirtió que el aprovechamiento del nearshoring depende de que las micro, pequeñas y medianas empresas cuenten con financiamiento, digitalización y acompañamiento, ya que sin su integración a las cadenas de proveeduría la relocalización no puede consolidarse, en un contexto donde los costos laborales son crecientes.