Niño emprendedor llega a empresario
Para Javier de Lope, hacer dinero con negocios es una actividad natural desde que tiene memoria.
A sus 30 años ha desarrollado cinco negocios , sin contar su primer aventura como emprendedor : de niño se paraba en la cafetería de la universidad donde trabajaba su mamá y pedía a los estudiantes las estampitas que venían dentro de las bolsas de papas fritas, que a ellos no les interesaban, para revenderlas en su escuela, donde sus compañeros sí las querían.
"En tu vida pasan oportunidades y está en ti encontrar cómo capitalizarlas", dice De Lope, quien desde los 17 años se ha esforzado por hacer negocios con las circunstancias de su vida.
Ha vendido desde portarretratos hasta pins y llegó a tener un verificentro.
Actualmente está enfocado en tres negocios: Publicidad Estudiantil Lofran, que comercializa publicidad universitaria -sí, esas libretas que te dan gratis al principio del semestre-; El Súper Negocio en Casa, una empresa de multinivel que se dedica a comercializar abarrotes y medicamentos; y FactureYa, compañía que vende software a pequeñas y medianas empresas (Pymes) para elaborar facturas electrónicas .
El primero ya está completamente consolidado y funcionando, por lo que sólo busca formas de seguir creciendo; el segundo lo quiere sacar a la Bolsa Mexicana de Valores en unos tres años; y el tercero apenas arranca.
El reto más complejo al que se ha enfrentado, dice, es aprender a delegar , "estaba llegando al punto de no dormir por la cantidad de trabajo".
La forma como lo enfrentó fue rodearse de gente muy capaz y líderes a quienes pudiera entregarles el mando para él poder convertirse en estratega.
Javier de Lope acepta que es una persona desordenada, pero cree que la clave del éxito radica en que en todo negocio que ha emprendido ha encontrado algo apasionante.
"Debes buscar que te apasione lo que haces, no tienes que conocer el negocio, lo puedes aprender, pero debe gustarte mucho lo que haces", dice el emprendedor.