Gaia Design atrae a inversionistas de Uber y Ali Baba
Philippe Cahuzac comenzó el plan de negocio de GAIA Design, una tienda online de muebles y accesorios de diseño, cuando cursaba el segundo año del MBA, en Harvard, a finales de 2013. Desde el inicio, el emprendedor tuvo claras dos cosas: quería montar su empresa en algún país de Latinoamérica e iniciar desde el principio con el respaldo de varios inversionistas.
Antes de Harvard, Cahuzac tenía experiencia en el mundo del capital privado, pues trabajaba en Pegasus Capital, una firma de private equity de Argentina. A su proyecto se unieron Hassan Yassine y Raffaello Starace.
El proceso de levantamiento de capital inició en los primeros meses de 2014, en junio de ese mismo año recibieron la primera ronda de capital de Capital Invent, un fondo mexicano dirigido por Heberto Taracena, Jana Boltvinik y Antonio Osio. “El proceso de levantamiento de capital tardó entre cuatro y seis meses”, cuenta Cahuzac. “En ese tiempo nuestra labor fue convencer a los inversores para concretar la ronda”.
En octubre de 2014, Gaia salió al mercado. Con el dinero de la primera ronda de inversión, los emprendedores se enfocaron en la creación y desarrollo de la plataforma. “Queríamos que fuera de navegación muy amigable”, dice Cahuzac, CEO de la compañía. “También invertimos en la búsqueda de gente en competencia en el tema online y en el tema muebles”.
En poco más de un año, GAIA pasó de tener unos 10 empleados a más de 40. “GAIA está en un momento de buscar la gran escala y eso será a través de sus canales de distribución y un fortalecimiento importante de sus áreas de logística”, dice Jana Boltvinik, socia de Capital Invent, una de sus inversionistas.
Por eso, en diciembre la compañía levantó una segunda ronda de capital. En esta ocasión, a Capital Invent se sumó Rise Capital, un fondo basado en San Francisco, así como FJ Labs, dirigido por Fabrice Grinda y Jose Marin, que han invertido en compañías como AliBaba y Uber , además de ejecutivos de Digital Sky Technologies.
Los inversionistas extranjeros otorgaron 40% del capital.
Con la segunda ronda GAIA planea ampliar su catálogo de productos, tener un sistema de logística y entrega propio, invertir en la atracción de talento y en el lanzamiento de una tienda física, que abrirá en Polanco, uno de los barrios más exclusivos de la Ciudad de México, en marzo de 2016.
Nazar Yasin, socio director de Rise Capital, una firma enfocada en inversiones en compañías de internet en países emergentes, cree que aunque el ecosistema de emprendimiento mexicano es joven, hay oportunidad de encontrar negocios interesantes para invertir.
El tamaño del mercado también puede ser alentador para los inversionistas extranjeros, opina Yasin, pues en México hay más de 50 millones de usuarios de internet y teléfonos inteligentes.
“Internet seguirá transformando de manera profunda la economía de los países emergentes”, explica Yasin. “GAIA es el ejemplo perfecto del tipo y empresa con la que nos gusta asociarnos. Creemos que Philippe y su equipo tienen potencial para hacer de Gaia una marca de muebles valiosa e icónica en México”.
Aún es poco común que inversionistas extranjeros inviertan en start-ups mexicanas. “Operaciones con fondos basados en Estados Unidos aún son muy escasas en el mercado mexicano”, explica Boltvinik. “Conforme se vaya fortaleciendo el ecosistema emprendedor en México tendríamos que ver más operaciones como ésta. Y serán excelentes noticias para el mercado mexicano”.
Cahuzac cree que el reto principal viene de los inversionistas y su aversión al riesgo, así como a la falta de entendimiento de los retos que enfrenta un emprendedor. “Muchos inversores son ex banqueros o consultores, que están acostumbrados a que los deals les llegan. Un buen inversionista debe estar en la calle, visitando a los emprendedores, para saber cómo trabaja el equipo”, dice el CEO de GAIA. “Heberto, por su experiencia como emprendedor, es un inversor que opera un negocio. Es alguien que cuando hay problemas no se asusta, que sabe leer un negocio de e-commerce desde las métricas. Como Heberto hay tres o cuatro en México”.