Todos llevamos un emprendedor dentro
Ser un emprendedor no quiere decir que uno vaya a crear el próximo ‘unicornio’ o buscar convertirse en Mark Zuckerberg. El primer paso puede partir de una idea sencilla. Y aunque es necesario saber que no será un camino fácil, especialmente, a la hora de buscar financiamiento , Linda Rottenberg, cofundadora y CEO de Endeavor, organización que apoya a emprendedores, advierte que el mayor riesgo es “no hacer nada, pretender que estamos bien en nuestro trabajo, y que es seguro”.
Rottenberg acaba de lanzar en México el libro Loco por emprender. Desafía las normas convencionales (Aguilar), y habla en entrevista sobre las claves para emprender. “Mucha gente llega a mí diciendo: ‘quiero empezar un pequeño negocio desde casa, ¿está bien, puedo ser un emprendedor?’”.
Cualquiera puede ser un emprendedor
“Parte de lo que quiero hacer en el libro es dar una guía para pensar y actuar como emprendedor y desmontar algunos mitos”, explica la especialista. Para empezar, hay que desterrar la idea de que todos los emprendedores viven en Sillicon Valley, son ingenieros y hombres. Estos son los tres pasos que establece Rottenberg para dar el salto y crear tu propia empresa:
1. Mira al mundo de forma diferente y analiza qué cosas a tu alrededor pueden ser mejoradas. Encuentra una solución a tu problema. Muchas veces es una mini innovación, pero esas ideas se convierte en una gran mejora para la comunidad.
2. Las mejores ideas no mueren en el mercado o en una sala de conferencias, sino en la ducha. Al analizarlas nosotros mismos y darles vueltas, pensamos que son estúpidas. Es necesario asumir que la gente te va a llamar loco, pero seguir adelante. La clave está en no tener miedo a las ideas antes de intentar llevarlas a cabo.
3. Deja de planear y ponte a trabajar. Mucha gente habla todo el rato de planes de negocios, pero nunca arrancan. Los mejores emprendedores son ‘hacedores’.
Eso sí, para permanecer en el negocio, hay que pensar diferente, incluso cuando el emprendimiento es pequeño, entender a tu compentencia y adaptarte a las transformaciones del mercado. El mundo cambia y si no lo haces con él, la empresa no sobrevivirá.
Lo importante, también es conocer tus fortalezas y debilidades y rodearte de un buen equipo que te apoye y complemente.
Tomar riesgos
En el libro, Rottenberg apunta que en una encuesta a los emprendedores que forman parte de Endeavor sobre su actitud hacia el riesgo, 95% respondió que no había arriesgado el bienestar de su familia y más de 80% tenían ahorros para cubrir los gastos básicos durante un año (sin que esto signifique que eran ricos).
No es necesario renunciar a un trabajo estable para intentar cumplir el sueño de convertirse en empresario. La cofundadora de Endeavor señala que muchos emprendedores empiezan trabajando en su proyecto por las noches y los fines de semana, sin dejar de lado su nómina.
“La mayoría de los emprendedores no maximiza los riesgos, los minimiza”, añade. Es decir, en un principio, no se enfocan en conseguir ganancias óptimas, sino en tener pérdidas que puedan ser aceptables.
Elegir un mentor
“Una de las cosas que más me estresaba cuando era joven, era pensar que tenía que encontrar un mentor que fuese mi alma gemela, además de un marido”, bromea. Por ello, recomienda quitar toda la presión y no buscar un estereotipo de consejero perfecto que no existe.
“Cuantos más uses, mejor”, sostiene antes de agregar que ha de ser un grupo de personas diversas, que vea el mundo de forma diferente, para poder abordar más enfoques. “Necesitas gente mayor y joven, de tu ámbito y fuera de él”.
Además, no hay que “casarse” con el mentor. Es probable que con el paso del tiempo sea necesario buscar nuevos perfiles que orienten el camino de la empresa.
La visión sobre México
Rottenberg afirma que aunque México iba un poco más lento en cuestión de emprendimiento que otros países de la región, como Argentina o Brasil, hoy tiene un ecosistema fuerte. Sobre todo, destaca el hecho de que algunos emprendedores están creando fondos de capital de riesgo para impulsar a otra generación de futuros empresarios. “Creo que lo mejor para México está por llegar”, asegura.
“En materia de innovación, en América Latina lo que estamos viendo es que muchas empresas se enfocan a negocios que ayudan, como financieras. Innovar en muchos países es solucionar necesidades, de educación, de salud..., no tanto desarrollar la próxima gran aplicación”, agrega.