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Trabajar para… una casa embrujada

La oferta de trabajo en viviendas encantadas aumenta. Desde actores hasta terapeutas son contratados temporalmente para asustar personas.
dom 30 octubre 2016 08:00 AM
No apto para cardiacos
No apto para cardiacos Algunos emprendedores han apostado por experiencias fuertes. (Foto: quavondo/Getty Images/Vetta)

¿Buscas trabajo? ¿Puedes actuar? ¿Estás dispuesto a maquillarte como un payaso aterrador? ¿Sabes usar una motosierra? Tal vez tengas lo que se necesita para trabajar en una casa del terror.

Esos lugares espeluznantes, donde actores disfrazados de demonios y duendes asustan a clientes que pagan por entrar, son cada vez más grandes y terroríficos. Se han convertido en un escalofriante sub-género de la economía, dando empleo a miles de personas en Estados Unidos.

Una asociación de la industria estima que hay 2,000 casas embrujadas en todo el país, sin contar los eventos de caridad con temática de Halloween ni los 300 parques de diversiones con atracciones hechizadas, como la mansión encantada en Disneylandia.

Abarcan desde la clásica casa embrujada y los recorridos del terror hasta fenómenos relativamente nuevos como la carrera zombi: una prueba en lodo con temática tipo 'The Walking Dead', donde los clientes son perseguidos a lo largo de un circuito de obstáculos por zombis hambrientos.

No son monstruos reales, por supuesto. Los que te persiguen a través de los bosques de Maryland y los campos de maíz de Iowa, los caníbales con motosierra en los recorridos del terror en Maine, Nueva York y California, y los torturadores que te enjaulan la cabeza y te obligan a comer cosas asquerosas en mazmorras son todos trabajadores remunerados.

La casa embrujada Terror Behind the Walls en Filadelfia, donde los actores hacen de monstruos que se apoderan de una prisión abandonada y donde los zombis luchan contra un agentes del SWAT, emplea a 300 personas durante la temporada de Halloween, de acuerdo con la directora creativa y de recursos humanos Amy Hollaman.

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El sueldo de entrada para actores y maquillistas es de 10.88 dólares la hora, y los empleos son estacionales y a tiempo parcial, como la mayoría de los empleos en la industria. Los boletos cuestan entre 20 y 45 dólares.

Su sitio web indica en para solicitar trabajo con ellos necesitas habilidades como caminar en zancos, manejar marionetas, usar motosierra y la disciplina acrobática urbana conocida como ‘parkour’.

Melissa Carbone, fundadora y CEO de Ten Thirty One Productions, que opera recorridos del terror y otros eventos interactivos más extremos, contrata a actores por temporada para trabajar como demonios y monstruos.

De miedo

En su atracción Haunted Hayride en Randall’s Island en Nueva York, las personas pagan 37 dólares para subirse a un remolque de heno tirado por un tractor mientras los asedian payasos maníacos y adoradores del diablo. Carbone emplea a 350 personas. Uno de ellos es Joseph Salvatore Knipper, que interpreta a un monstruo errante llamado Crow.

Por la noche, vaga por la sección del "purgatorio" para asustar a los clientes. Dice que una mujer embarazada se asustó tanto cuando lo vio que se fue corriendo y ni siquiera hizo el recorrido.

Carbone, ex ejecutiva de Clear Channel, comenzó un negocio de recorridos del terror en Los Ángeles en 2009 y se ha expandido. En 2013, convenció a Mark Cuban, de 'Shark Tank', para que la financiara con una inversión de 2 millones de dólares. "Es mi pasión, me encanta el horror, me encanta crear estos mundos inmersivos", dice.

Su compañía, Ten Thirty One, monta eventos en California durante todo el año, incluyendo el Ghost Ship, un crucero embrujado interactivo, y el Great Horror Campout, un campamento del horror no apto para cardiacos.

Los clientes pagan hasta 119 dólares para acampar durante la noche en un parque de Los Ángeles, donde son perseguidos y atormentados por actores caracterizados. Carbone indicó que los huéspedes en los eventos más extremos incluso son enterrados vivos. La frase de seguridad es 'Quiero a mi mamá'.

La tendencia en las casas del terror es cada vez más oscura. Los que tienen espíritu masoquista pagan por visitar mazmorras donde son encadenados, semidesnudados, humillados e incluso sometidos a una simulada tortura.

"Hay mucha coacción y hemos utilizado retretes en muchas encarnaciones diferentes", dijo Joshua Randall, quien cofundó Blackout en 2009 en Nueva York. Él expandió su espectáculo inmersivo a diferentes lugares, incluyendo Los Ángeles, y los organiza todo el año, no sólo para Halloween.

Los boletos cuestan de 40 a 135 dólares, dependiendo de la naturaleza del espectáculo. Randall pide ciertas habilidades peculiares a los actores que interpretan a los torturadores.

"De hecho, contratamos a muchos terapeutas y psicoanalistas porque se divierten mucho viendo cómo todo se desarrolla," dijo. "Lo que buscamos son personas responsables, inteligentes, capaces de manifestar lo que estamos buscando en lugar de las casas embrujadas más tradicionales con las motosierras, los gritos y los zombies".

Bet Stranathan, una actriz de Los Ángeles, decidió trabajar para Blackout luego de que compró un boleto y soportó una tortura simulada, se quedó en ropa interior y cantó el cumpleaños feliz a gente que no podía ver.

"Lo viví una vez como huésped y fue muy divertido," señaló. "Cuando terminé el juego, les pregunté si necesitaban actores". Ahora es una actriz de Blackout, somete a los clientes a privación sensorial, a “ruido blanco” a todo volumen y otros tormentos. "La gente disfruta sentir los extremos y para algunos es casi catártico tener un lugar seguro para sentir esos extremos", aseguró.

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